Benedicto XVI recibe al presidente de Bulgaria y al primer ministro de Macedonia,
que se encuentran en Roma para la tradicional peregrinación a la tumba de san Cirilo
Lunes, 23 may (RV).- Los Santos Cirilo y Metodio, copatronos de Europa - “que forjaron,
en una perspectiva cristiana los valores humanos y culturales del pueblo búlgaro y
de otras naciones eslavas” - han centrado la bienvenida de Benedicto XVI al presidente
de la República de Bulgaria, y, luego, al primer ministro de la antigua república
Yugoslava de Macedonia, a quienes ha recibido, en momentos distintos, a lo largo de
esta mañana.
Expresando su cordial bienvenida al presidente de la república de Bulgaria, Georgi
Parvanov, que fue recibido acompañado de su esposa y séquito, el Papa ha destacado
la tradicional peregrinación que cumple cada año el mandatario búlgaro ante la tumba
de san Cirilo, que se encuentra en la basílica romana de San Clemente. Peregrinación
que coincide con el día - 24 de mayo - en que el pueblo búlgaro celebra a los santos
Cirilo y Metodio.
Tras poner de relieve “los lazos milenarios de estima y cercanía espiritual entre
la Santa Sede y el pueblo de Bulgaria”, Benedicto XVI ha subrayado su anhelo de que
esta nación siga promoviendo la obra evangelizadora de Cirilo y Metodio, en Europa.
Y, al mismo tiempo, “los valores culturales y espirituales que constituyen su identidad”
El Papa alienta al pueblo búlgaro a seguir impulsando asimismo “su misión política
y social”, con la conciencia de ser “uno de los puentes entre Occidente y Oriente”.
Renovando su agradecimiento a todos los búlgaros, es decir a las autoridades y a la
Iglesia ortodoxa de este país por la cercanía manifestada a raíz del fallecimiento
de Juan Pablo II, y, luego, en su elección como Pontífice, Benedicto XVI ha dirigido
un saludo especial al Patriarca de Bulgaria, Maxime. Saludo en el que el Papa ha hecho
hincapié en “el deber común”, al que “estamos llamados, de construir juntos una humanidad
libre, pacífica y solidaria”.
Benedicto XVI ha finalizado su discurso al presidente búlgaro agradeciendo a “la Divina
Providencia por la renovada capacidad de diálogo cordial y constructivo después de
los largos años de régimen comunista”. Y, evocando el afecto para con esta nación
del entonces delegado apostólico, Angelo Roncalli, que iba a ser el Papa Juan XXIII,
el Santo Padre ha recordado también la visita que Juan Pablo II realizó a Bulgaria,
hace tres años.
En el mismo marco de la festividad de los evangelizadores de los pueblos eslavos,
Benedicto XVI ha saludado asimismo al primer ministro macedonio alentando a esta nación
a impulsar la construcción de Europa, “inspirándose en su extraordinario patrimonio
religioso y cultural”.
El Santo Padre ha manifestado su bienvenida también al mandatario macedonio, que al
igual que el presidente de Bulgaria ha viajado a Roma para peregrinar ante la tumba
de san Cirilo. Nuevamente, Benedicto XVI - que hace unos días había recibido el embajador
de esta antigua república yugoslava – ha puesto de relieve las tradiciones y la cultura
de Macedonia, que impregnan el patrimonio europeo. Patrimonio que se arraiga profundamente
en la auténtica cultura cristiana, que promueve los valores de la paz y la fraternidad
- defendidos sin cesar por los santos Cirilo, Metodio y Benito patronos de Europa
– y que son “indispensables para la construcción de comunidades solidarias, abiertas
al progreso humano integral, en el respeto pleno de la dignidad humana”.