Audiencia general: Dios “derriba a los poderosos de sus tronos y enaltece a los humildes”
Miércoles, 18 may (RV).- Dios nos llama, hacia los necesitados y sufrientes para que
les consolemos. Al pobre, le concede el honor más grande, el de “sentarse entre los
príncipes”. A la mujer sola y estéril, le da la gran alegría de tener varios hijos.
Palabras del Papa en la catequesis de hoy.
Benedicto XVI ha recordado durante
la Audiencia General que hoy Karol Wojtyła hubiera cumplido 85 años. “Estamos seguros
que desde el cielo nos ve y está con nosotros”. “Gracias Señor por el don de este
Papa”.
Este miércoles el Santo Padre, Benedicto XVI ha celebrado la Audiencia
General en la Plaza de san Pedro para los más de 25 mil peregrinos, de todo el mundo,
presentes en Roma. El Pontífice, en su catequesis, ha reflexionado sobre el Salmo
112 “Alabad el nombre del Señor”. El Papa tras recordar la sencillez y la belleza
del Salmo, y la exaltación de la liberación de la esclavitud del faraón de Israel,
ha manifestado que la primera estrofa del Salmo exalta “el nombre del Señor” – que
como es conocido, en el lenguaje bíblico indica la misma persona de Dios, su presencia
viva y operante en la historia humana.
Por tres veces, resuena “el nombre del
Señor” en el centro de la adoración, ha proseguido diciendo el Papa, todo el ser y
todo el tiempo – “desde el amanecer del sol hasta su ocaso”. Precisamente a través
de este movimiento hacia lo alto, el Salmo nos conduce al misterio divino. La segunda
parte, en efecto, celebra la trascendencia del Señor, descrita con imágenes verticales
que superan el simple horizonte humano. La mirada divina se dirige sobre toda la realidad,
sobre los seres terrestres y sobre los celestes. El Señor – nos dice el Salmista –
“nos llama a mirar”.
De esta manera, ha proseguido Benedicto XVI se pasa al
último movimiento del Salmo, que traslada la atención de las alturas celestes a nuestro
horizonte terreno. El Señor se inclina con premura hacia nuestra pequeñez e indigencia
que nos empujaría a retroceder aterrorizados. Dios nos llama, por lo tanto, hacia
los necesitados y sufrientes para que les consolemos. Al pobre, Él le concede el honor
más grande, el de “sentarse entre los príncipes”. A la mujer sola y estéril, le da
la gran alegría de tener varios hijos.
Es fácil intuir en estos versículos
finales del Salmo 112 la prefiguración de las palabras de María en el Magnificat,
el cántico de las opciones de Dios que “ha mirado la humildad de su esclava”. Más
radical que el Salmo, María proclama que Dios “derriba a los poderosos de sus tronos
y enaltece a los humildes”. Y con un “Himno vespertino” muy antiguo, conservado en
las denominadas Constituciones de los Apóstoles, ha finalizado el Papa su catequesis,
himno que retoma y desarrolla el comienzo alegre del salmo.
Éste ha sido el
resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos
de nuestra lengua que han participado en la audiencia:
El Salmo de hoy
exalta la liberación de Israel de la esclavitud y su alegría por servir en libertad
al Señor, Creador del cosmos y rey de la historia. El “nombre del Señor” es alabado
“desde la salida del sol hasta su ocaso”. Un Dios muy distinto a nosotros en su grandeza,
pero al mismo tiempo muy cercano, especialmente de los que sufren. Con su presencia
amorosa y su compromiso eficaz con nuestra debilidad: “levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre”. Estas palabras prefiguran las de la Virgen
María en el Magnificat, la cual, con más radicalidad que el Salmo, proclamará que
Dios “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de España y América Latina, especialmente a los fieles
de las parroquias de Sangolquí de Ecuador, del Divino Salvador de Lérez y Penamellera
Alta de España, a las “Familias en Misión” de Chile, así como a los de Argentina,
Colombia, Costa Rica, México, Panamá y Venezuela. Alabad al Señor, ensalzad su nombre.
A Él sea la alabanza y la gloria, por los siglos de los siglos. El Santo Padre
al final de la audiencia ha saludado a los jóvenes a los enfermos y a los recién
casados, exhortándoles a profundizar en práctica piadosa del santo Rosario, especialmente
en este mes de mayo dedicado a la Madre de dios. El Rosario es oración evangélica,
que nos ayuda a comprender mejor los misterios fundamentales de la historia de la
salvación. Entre las personas que se han acercado a saludar a Benedicto XVI tras la
Audiencia, se encontraban los padres de Terri Schiavo, la joven estadounidense que
durante 15 años estuvo en estado de coma y que murió el pasado 31 de marzo después
de que los jueces dispusieran que se desconectaran las maquinas que la mantenían en
vida.
Pero antes de que comenzara la catequesis, Benedicto XVI ha recordado
el aniversario de hoy hubiera cumplido su querido antecesor, el papa Karol Wojtiła:
“Quisiera recordar que hoy es el cumpleaños de nuestro amado Papa Juan Pablo II. Hubiera
cumplido hoy 85 años y estamos seguros que desde el cielo nos ve y está con nosotros.
En esta ocasión queremos dar las gracias al Señor por el don de este Papa y queremos
dar las gracias al mismo Papa por todo lo que ha hecho y sufrido.
Benedicto
XVI respecto al cumpleaños del Papa Wojtiła ha hecho también referencia a la ceremonia
que dedicación de una cima de la cadena montañosa del Gran Sasso italiano, de 2.424
de altitud, que ha sido dedicada al papa Juan Pablo II, asimismo ha sido impuesto
su nombre al sendero que lleva a dicha montaña.