Trabajo digno y llamamiento por la paz en Togo: primer Regina Coeli de Benedicto XVI,
quien ha dedicado un recuerdo especial a Juan Pablo II
Domingo, 1 may (RV).- El primer Regina Coeli de Benedicto XVI, ha coincidido con una
fiesta particularmente querida para el pueblo cristiano, san José Obrero, ocasión
que ha aprovechado el Santo Padre para subrayar la importancia del trabajo y la presencia
de Cristo y de la Iglesia en el mundo del trabajo. La primera vez que este Pontífice
se dirige a los fieles desde la ventana de su estudio privado, Benedicto XVI ha dedicado
un recuerdo especial a su predecesor Juan Pablo II, ha saludado afectuosamente a las
Iglesias ortodoxas y ha implorado el don de la paz para todos los pueblos que sufren
a causa de la guerra, enfermedades y pobreza, en particular para Togo, asolada por
dolorosas luchas internas.
“Me dirijo a vosotros por primera vez desde esta ventana, que la amada figura de mi
predecesor ha hecho familiar a innumerables personas de todo el mundo. Domingo tras
domingo, Juan Pablo II, fiel a una cita que se convirtió en una querida costumbre,
ha acompañado durante más de un cuarto de siglo la historia de la Iglesia y del mundo
y nosotros continuamos sintiéndolo más cerca que nunca”.
Benedicto XVI ha agradecido las oraciones y mensajes de apoyo recibidos desde todos
los lugares del mundo y ha saludado con especial afecto a las iglesias ortodoxas y
a las iglesias católicas orientales, que este domingo celebran la Resurrección de
Cristo. El Papa ha expresado su deseo de corazón para que la celebración de la Pascua
sea para ellos una coral oración de fe a quien es nuestro Señor y nos llama a recorrer
con decisión el camino hacia la plena comunión.
En el inicio del mes de mayo, el Santo Padre ha recordado la memoria de san José obrero,
una memoria litúrgica tan querida para el pueblo cristiano instituida por Pío XII
hace 50 años para subrayar la importancia del trabajo y de la presencia de Cristo
y de la Iglesia en el mundo laboral.
“Es necesario también dar testimonio en la sociedad actual del Evangelio del trabajo,
del que hablaba Juan Pablo II en la Encíclica Laborem exercerns. Espero que nunca
falte el trabajo especialmente a los jóvenes, y que las condiciones laborales respeten
cada vez más la dignidad del ser humano”.
En este contexto, junto a las asociaciones laborales reunidas en la Plaza de san Pedro
para rezar con Benedicto XVI, se encontraban los miembros de las ACLI, las Asociaciones
Cristianas de los Trabajadores Italianos, que este año celebran su 60 aniversario
de fundación, y a quienes el Papa ha deseado que continúen viviendo la elección de
la fraternidad cristiana como un valor que personificar en el campo laboral y social,
para que la solidaridad, la justicia y la paz sean los cimientos sobre los que construir
la unidad de la familia humana.
Tras el rezo del Regina Coeli el Papa ha hecho un llamamiento por todos los pueblos
que sufren a causa de la guerra, las enfermedades y la pobreza y, en particular ha
implorado el don de la paz para Togo. “En estos días pienso frecuentemente en todos
los pueblos que sufren a causa de la guerra, enfermedades y pobreza. De forma particular,
hoy me siento cerca de las queridas poblaciones de Togo, asoladas por dolorosas luchas
internas. Para todas estas naciones imploro el don de la concordia y de la paz”.
El llamamiento del Papa se refiere a la persistente violencia política desencadenada
en Togo tras las elecciones del pasado día 24, en las que el candidato del Gobierno
se alzó con la victoria, rechazada por los partidos de la oposición. La violencia
ha causado hasta el momento la muerte de 22 personas y miles han huido a los países
vecinos de Benin y Ghana en busca de refugio. Según la oposición, en cambio, el número
de muertes asciende a cerca de cien personas desde que comenzaron los disturbios en
el país africano desde las elecciones del pasado domingo.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) han pedido a los dirigentes políticos
togoleses que encuentren una solución pacífica a la violencia que asola el país para
"evitar así una crisis humana".
Tras el rezo mariano el Santo Padre ha saludado es español a los numerosos fieles
españoles que participaban en la oración mariana.
Saludo ahora cordialmente a los fieles de las parroquias Santa Joaquina Vedruna,
de Barcelona, y Santa Catalina de Siena, de Madrid, que participan en esta oración
mariana. Queridos hermanos: que la visita a las tumbas de los Apóstoles os confirme
en vuestro compromiso de total entrega a Cristo y a su Iglesia.