2005-04-27 13:22:44

Audiencia general: siguiendo las huellas de Benedicto XV, el Papa quiere ponerse al servicio de la paz y la reconciliación entre hombres y pueblos


Miércoles, 27 abrr (RV).- “He querido llamarme Benedicto para conectar idealmente con el venerado Pontífice, Benedicto XV que fue un valiente y auténtico profeta de la paz. Siguiendo sus huellas quiero poner mi ministerio al servicio de la reconciliación entre los hombres y los pueblos”. El Papa Ratzinger ha celebrado esta mañana su primera audiencia general en la plaza de san Pedro.

Una primera audiencia de recuerdo y oración con el pensamiento vuelto a Juan Pablo II. Benedicto XVI proseguirá las reflexiones de su predecesor en las próximas semanas sobre los Salmos y los Cánticos que componen las Vísperas.

Benedicto XVI, celebró esta mañana en la plaza de san Pedro la primera Audiencia General de su Pontificado, una semana después de su elección, el pasado 19 de abril. El Papa llegó a la plaza desde la residencia de Santa Marta en un "jeep" blanco descubierto, en medio de los aplausos y los vítores de más de 15.000 fieles y peregrinos que asistieron a esta primera audiencia pública, que se celebró en una mañana soleada. Tras un giro en el automóvil entre los asistentes, la audiencia inició con el signo de la cruz.

La tradicional cita de los miércoles que inauguró Benedicto XVI esta vez se centró en una catequesis de saludo, de recuerdo y de oración. Numerosas banderas de distintos países fueron ondeadas por los asistentes, de los que un millar procedían de Alemania. También asistieron varios miles de fieles procedentes de la archidiócesis italiana de Spoleto-Norcia, tierra natal de San Benito, patrón de Europa.

El Papa, como ya dijo en su encuentro con los cardenales, precisamente el miércoles pasado en la Capilla Sixtina, ha vuelto a explicar su experiencia y los “sentimientos contradictorios” que ha experimentado su ánimo en estos días del inicio de su ministerio Petrino. “Asombro, por un lado, y gratitud hacia Dios que me ha llamado para suceder al Apóstol Pedro”. “Gran trepidación por la grandeza de esta tarea y por las responsabilidades que me han sido confiadas. Pero me da gran serenidad y gozo tener la certeza de que Dios y su Madre Santísima, la Virgen María, me ayudan, así como los Santos protectores”.

“Es para mí también un gran apoyo, ha proseguido el Santo Padre, la cercanía espiritual que me está dando todo el Pueblo de Dios, al cual continúo pidiendo que me acompañe con su insistente oración”. “Después de la pía partida de mi venerado predecesor Juan Pablo II retomamos hoy las tradicionales audiencias generales del miércoles. Y en este primer encuentro el Papa ha querido hablar del “nombre” que ha elegido para ser Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia Universal.

“He querido llamarme Benedicto XVI, ha dicho, para conectar idealmente con el venerado Pontífice, Benedicto XV, que guió a la Iglesia en un período difícil a causa del primer conflicto Mundial. Fue un valiente y auténtico profeta de la paz y trabajó con valentía para evitar el drama de la Guerra, y después para limitar sus consecuencias nefastas. Siguiendo sus huellas quiero poner mi ministerio al servicio de la reconciliación y de la armonía entre los hombres y los pueblos, convencido profundamente que el gran bien de la paz es sobre todo un don de Dios, un don frágil y precioso que tenemos que invocar, tutelar y construir día a día con la aportación de todos.

“El nombre de Benedicto evoca además -ha afirmado el Papa- la extraordinaria figura del gran “Patriarca del monaquismo occidental”, san Benito de Norcia, copatrono de Europa, junto a los santos Cirilo y Metodio. La progresiva expansión de la orden benedictina fundada por él ha ejercido un influjo enorme en la difusión del cristianismo en todo el continente. San Benito es muy venerado en Alemania y particularmente en Baviera, mi tierra de origen y constituye un punto fundamental de referencia para la unidad de Europa y un fuerte reclamo a las irrenunciables raíces cristianas de su cultura y de su civilización”. Al inicio de mi servicio como sucesor de Pedro pido a san Benito que nos ayude a tener firme la centralidad de Cristo en nuestra existencia.

Benedicto XVI ha vuelto con afecto su pensamiento al final de la Audiencia a su venerado predecesor Juan Pablo II, “al cual debemos -ha dicho- una extraordinaria herencia espiritual: “nuestras comunidades cristianas -escribió en la Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte- han de convertirse en auténticas escuelas de oración, donde el encuentro con Cristo no sea solamente imploración de ayuda, sino también acción de gracias, adoración, contemplación, escucha, afecto, hasta un total enamoramiento del corazón”.

“Estas indicaciones, las llevó él mismo a término, dedicando sus catequesis de los miércoles, en los últimos tiempos al comentario de los Salmos, de los Laúdes y de las Vísperas”. Y como hizo Juan Pablo II al inicio de su Pontificado, cuando quiso proseguir las reflexiones de su predecesor sobre las virtudes cristianas, así también Benedicto XVI ha dicho que en las próximas semanas continuará reflexionando sobre los Salmos y los Cánticos que componen las Vísperas.

Este ha sido el resumen de la catequesis que Benedicto XVI ha hecho en español para los peregrinos de nuestra lengua que ha participado en su primera audiencia en la Plaza de San Pedro: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:
Al inicio de mi ministerio como Sucesor de Pedro he sentido asombro y gratitud a Dios, que me ha sorprendido ante todo a mí mismo al llamarme a esta gran responsabilidad. Pero también me da serenidad y alegría la certeza de su ayuda y la de su Madre Santísima. Me siento apoyado además por la cercanía espiritual de todo el Pueblo de Dios, al cual pido que me siga acompañando con su oración.
Al reanudar las Audiencias de los miércoles, quiero referirme al nombre elegido como Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal. He tomado el nombre de Benedicto XVI en relación con el Papa Benedicto XV, un valiente y auténtico profeta de paz ante el drama de la primera guerra mundial. Como él, deseo ponerme al servicio de la reconciliación y armonía entre los hombres y los pueblos, porque el gran bien de la paz es sobre todo un don de Dios, que hemos de defender y construir entre todos. El nombre Benedicto evoca, además, la extraordinaria figura de san Benito. Él es un punto de referencia para la unidad de Europa y las irrenunciables raíces cristianas de su cultura y civilización.

Saludo ahora a los peregrinos españoles y a la Estudiantina del Instituto católico “La Paz” de Querétaro (México), así como a los demás fieles venidos de España y América Latina, y a cuantos están unidos a través de la radio o la televisión. Queridos amigos: gracias por vuestro afecto; os bendigo a todos, a vuestras familias y seres queridos.
Como en las anteriores audiencias Benedicto XVI se ha dirigido de manera particular a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. El Señor Resucitado llene con su amor el corazón de cada uno de vosotros jóvenes, para que estéis preparados a seguirlo con entusiasmo; Os sostenga a vosotros queridos enfermos, para que aceptéis con serenidad el peso del sufrimiento, y os guíe e a vosotros recién casados para que hagáis crecer a vuestra familia en la santidad.







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