Las cinco cruces del Palio representan las cinco llagas de Cristo
Domingo, 24 abr (RV).- El significado del Palio, antiquísima insignia episcopal confeccionada
con lana de cordero, queda ilustrada por los Padres. Simeón de Tesalónica escribía:
“El Palio indica al Salvador que, encontrándose con la oveja perdida, se la carga
en la espalda, y asumiendo nuestra naturaleza humana en la Encarnación, la ha divinizado,
con su muerte en la cruz nos ha ofrecido al Padre y con la resurrección nos ha exaltado”.
El Palio para el Papa, en su forma que hoy conocemos, proviene de la original, se
trata de un tejido de lana de cordero y oveja, que lleva impresa en rojo cinco cruces
que significan las cinco llagas de Cristo, de modo que nos recuerda al buen Pastor
que coloca sobre sus hombros a la oveja perdida, y también la triple respuesta amorosa
al perdido hecho por Jesús resucitado a Pedro de apacentar al rebaño. El Palio que
lleva Benedicto XVI, es una especie de estola de 2’60 metros de larga y once centímetros
de ancha, en la que además de las cruces, se le han colocado antes de la Homilía,
tres alfileres que representan los clavos de la crucifixión de Cristo.
Los Palios de antigua tradición en la Iglesia se confeccionan con lana de cordero
que el Santo Padre bendice en día de Santa Inés, cada 21 de enero, en una sala del
Vaticano y que después elaboran las monjas cistercienses del convento de Santa Cecilia
de Roma. El Sagrado Palio, desde el papa Pablo VI, se impone a los arzobispos metropolitanos
nombrados durante el año el día 29 de junio, solemnidad de los Santos Apóstoles, Pedro
y Pablo, patrones de Roma. Anteriormente se les imponía en la sala de los Palios que
se encuentra en el Palacio de la Cancillería de Roma, y lo hacía el vicario del Papa
para la diócesis de la Ciudad Eterna.