2005-04-10 15:42:00

“Plenitud de Amor”, mensaje que sigue resonando en la plaza de san Pedro del Vaticano


Domingo, 10 abr (RV).- “Desde el atrio de la Basílica vaticana donde una multitud incalculable ha rendido homenaje a Juan Pablo II Magno, sigue resonando un mensaje de total y extrema donación a todos y a cada uno. Plenitud de Amor”. El periódico vaticano L’Osservatore Romano, en su edición extraordinaria de este domingo, titula con esta frase - “Plenitud de Amor” – su primera página, con una foto en la que se ve el momento en el que los portadores del ataúd de Juan Pablo II presentan el féretro del Santo Padre a la multitud que le saluda con amor. En lo alto de esta foto, la imagen de Cristo resucitado.

Es la plenitud de amor que llena los corazones en la Plaza de San Pedro – se lee en el artículo – Aquel púlpito de sencilla madera de ciprés no es sólo el centro del atrio de la Basílica. Es el culmen de un Pontificado... de una Historia. Ese ataúd abraza al mundo con la elocuencia sencilla de una “Presencia”. Con el silencio detonante de una “Palabra”. Las piedras de la Plaza y los alrededores se vuelven reclinatorio donde toda la humanidad se arrodilla e inclina el alma...

En la Basílica de San Pedro, dentro de dos horas - es decir a las cinco de esta tarde - dará comienzo la concelebración del tercer novendial, que corresponde al tercer día del novenario en sufragio de Juan Pablo II. Al igual que las demás, la celebración está abierta a todos y la de este domingo - que será presidida por el Card. Camillo Runi, Vicario General del Papa para la Diócesis de Roma - está encomendada al clero de la Ciudad Eterna.

La concelebración de ayer fue presidida por el Card. Francesco Marchisano, Arcipreste de la Basílica de San Pedro. Evocando el pasaje evangélico en el que Jesús resucitado camina acompañando a los discípulos de Emaús, que estaban sumamente tristes por la muerte del Maestro... el Purpurado, en su homilía, puso de relieve la humanidad de Juan Pablo II que “sabía caminar” al lado de las personas. Al lado de todos.

Recordando, precisamente, la “humanidad infinita” de Juan Pablo II, al que conoció cuando era aún obispo auxiliar de Cracovia, el Card. Marchisano contó algunos momentos de esa amistad que comenzó en 1962: “Podría seguir contando hechos concretos en los que pude ver a un hombre que sabía comprender, participar, agradecer, sabía caminar al lado... creo que fue una de las cualidades superiores que tuvo nuestro querido Papa. ¡Cuántas veces supo caminar al lado de los demás! En distintas naciones..., afrontando dificultades, problemas difíciles que torturaban a las personas, problemas teóricos... caminando siempre al lado de todos para alcanzar juntos la meta que el Señor le indicaba”.

Juan Pablo II era también una persona que sabía bromear y que sabía transmitir simpatía y amor, como demuestran las manifestaciones de estos días, que quedarán gratamente grabadas para siempre en la historia: “Una persona que sabía ganarse verdaderamente la simpatía y el amor de todos aquellos que, de alguna forma, pudieron conocerlo. Y los días que nos han precedido, la afluencia ante el Papa fallecido de millones de personas, demuestran también esta humanidad infinita, que el Papa supo manifestar acercándose humanamente... para ‘caminar juntos’, como hizo Jesús, con aquella pobre gente, con esos pobres apóstoles, para poderlos llevar por el camino que el Señor desea”.

El Cardenal Arcipreste de la Basílica de San Pedro concluyó su homilía señalando la certeza de la recompensa divina para Juan Pablo II y agradeciendo a Dios por habernos donado a este Pontífice: “Me atrevería a decir que no celebramos la misa en sufragio por nuestro Papa, porque el Señor ya lo habrá recompensado infinitamente. Damos gracias al Señor porque ha querido darnos un Papa como él e imploramos la gracia para que quiera dar a su Iglesia a otros que sigan este camino. Así sea”







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