Jueves, 6 abr (RV).- Karol Wojtyla nació en Wadowice (Cracovia), en Polonia, en 1920.
Muy jóven perdió a su madre y a su hermano Edmund, hecho que le marcaría durante toda
su vida. A pesar de este duro golpe, el que después sería Juan Pablo II no perdió
su vigorosidad y su energía, demostrándolo a través de su participación en un grupo
de teatro y en un equipo de fútbol para el que era portero, durante su periodo universitario
en la Facultad de Filosofía de Cracovia.
Estamos en 1940, la II Guerra Mundial sigue su curso, un año después Wojtyla pierde
al padre, y para poder salvar su vida abandona la universidad lléndose a trabajar
a las excavaciones de piedra en Cracovia, evitando así ser deportado por parte del
Tercer Reich alemán. No queriendo abandonar sus estudios inicia a frecuentar cursos
clandestinos de la Facultad de Teología seminarista de la archidiócesis de Cracovia.
En 1945 la Armada Roja libera Cracovia y Karol Wojtyla finaliza sus estudios, siendo
ordenado sacerdote en octubre de 1946, de la mano del arzobispo metropolitano Adam
Sapieha en su capilla privada. Poco después se traslada a Roma para continuar sus
estudios en la prestigiosa universidad Angelicum, siendo destinado a su regreso a
Polonia, a una pequeña parroquia, en la que se quedará poco, ya que un año después
es llamado a Cracovia para pasar a ocuparse de la parroquia de S. Floriano.
En 1958, y tras trabajar como docente universitario, Juan Pablo II fue nombrado obispo
en la catedral de Wavel, lo que le permitió formar parte de los trabajos del Concilio
Vaticano II, entre 1962 y 1965. Entre tanto fue nombrado arzobispo metropolitano de
Cracovia, peregrinó a Tierra Santa, y rechazó participar en la I Asamblea Ordinaria
del Sínodo de los Obispos convocada por Pablo VI, en solidaridad con su Primado, a
quien no le habían concedido el pasaporte. Durante los años 70’ Wojtyla participa
en todo tipo de reuniones, convenios y viajes, hasta la muerte, en 1978 de Pablo VI
y de Juan Pablo I, siendo elegido Papa en octubre de ese mismo año, ocupando el 264º
de los sucesores de Pedro.
El Pontificado de Juan Pablo II ha sido el tercero más largo en la historia de la
Iglesia, superado sólo por San Pedro y Pío IX, con 31 años. En un total de 26 años,
Karol Wojtyla ha visitado 129 países, escribió 14 encíclicas, proclamó 482 santos
y 1.346 beatos. Por países su Polonia natal ha sido el más visitado, en nueve ocasiones,
seguido de Francia con siete, España, México y EE.UU. con cinco y Portugal y Brasil
con cuatro. En 1993 fue el emperador de Japón quien visitó al Papa, en la que fue
la primera entrevista de la historia entre un soberano nipón y un Obispo de Roma.
Otra de las visitas que han marcado una página en la historia, fue la hecha por Fidel
Castro en 1996 cuando visitó al Papa, siendo correspondida esta visita dos años después.
Ya en el siglo XXI, Juan Pablo II recibió una visita de la delegación oficial de la
Iglesia Ortodoxa Griega, visita histórica ya que un hecho así no se producía desde
el cisma entre Oriete y Occidente en 1054.
Por último Juan Pablo II ha dejado para la historia de la Iglesia 14 encíclicas, 14
exhotaciones apostólicas, 42 cartas apostólicas, 11 constituciones apostólicas, 28
documentos sobre cuestiones del gobierno de la Iglesia, y cuatro libros, el último
“Memoria e identidad”, publicado en febrero de este mismo año. Por todo esto Juan
Pablo II está siendo venerado por tantas personas estos días, que tras soportar horas
y horas de espera, dedican en silencio su oración a este Pontífice que ha dedicado
su vida al diálogo entre los pueblos, viajando, publicando documentos y tendiendo
la mano a todos aquellos que los han necesitado. Por este motivo mañana viernes, a
las 10:00 de la mañana, jefes de Estado de los cinco continentes, miembros de la Iglesia,
fieles y no fieles, dedicarán su pensamiento a Juan Pablo II para que descanse en
paz junto a quien ha dedicado 26 años completos de su vida.