Continúa incesante y multitudinaria la procesión de fieles para darle el último saludo
a Juan Pablo II
Martes, 5 abr (RV).- Son cientos de miles de fieles los que sin parar están expresando
en la Basílica Vaticana su gran amor, su veneración y afecto, rezando por el alma
de Juan Pablo II. La ancha fila formada por la gente que aguarda para visitar la capilla
ardiente de Juan Pablo II alcanza ya más de un kilómetro, con una media de espera
de unas cuatro horas. Una situación que está creciendo con la llegada de miles de
personas de todas partes del mundo.
La Basílica de San Pedro, donde se ha instalado
el féretro del Pontífice, ha permanecido abierta durante toda la noche, salvo una
hora de cierre antes de la madrugada para proceder a su limpieza y al cambio de turno
de personas de servicio. Las últimas estimaciones apuntan a que antes del alba cerca
de medio millón de personas esperaban para dar su ultimo adiós a Karol Wojtyla.
Esta
fila, a la que se ha unido durante la mañana un mar de gente, abarrota en estos momentos
toda la Vía de la Conciliación, la calle que une Roma con el Vaticano, y las inmediaciones
de la Basílica. Para encauzar la afluencia con orden, las autoridades han colocado
un recorrido vallado y mantienen una estrecha vigilancia, mientras que grupos de voluntarios
reparten de forma gratuita botellines de agua entre quienes esperan.
Por los
altavoces de la plaza de San Pedro se emite música solemne, interrumpida de tanto
en tanto por una plegaria en latín, y a través de varias pantallas gigantes instaladas
en la Vía de la Conciliación se puede ver lo que ocurre en el interior de la Basílica.
El ambiente entre quienes esperan es de conmoción, que se traduce de cuando en cuando
en aplausos espontáneos, y muchos recuerdan ya sin lágrimas y con una sonrisa de gozo
al Sumo Pontífice fallecido.
La capilla ardiente del Pontífice fue abierta
ayer tarde antes del horario previsto para garantizar la integridad de los miles de
fieles aglomerados desde horas antes ante la escalinata vaticana para despedirse del
Pontífice. La Capilla Ardiente, que fue instalada en la nave central de la basílica,
en el Altar de la Confesión permanecerá abierta durante tres días y tres noches, por
lo que sus puertas se cerrarán el jueves, un día antes de la celebración del funeral.
Desde ayer se están celebrando en el templo misas de sufragio por el Santo Padre.