Inauguración de Biblioteca del centro Domus Galilaeae del Camino Neocatecumenal
Jueves, 31 mar (RV).- El Lago de Tiberiade, en Galilea, está sirviendo hoy de escenario
a un Encuentro Internacional que culminará mañana por la tarde con la inauguración
de la Biblioteca del centro Domus Galilaeae, construida por el Camino Neocatecumenal,
movimiento que cada vez más se está convirtiendo en un centro de diálogo judío cristiano.
Como reconocía el propio Juan Pablo II en su Encuentro con los movimientos y las nuevas
comunidades en 1998, “ésta es la respuesta, suscitada por el Espíritu Santo, ante
el dramático desafío del final del milenio. Vosotros sois esta respuesta providencial”,
aseguraba el Papa.
Asisten al acontecimiento 12 cardenales, 45 obispos, y varios rectores de 54 seminarios
Redemptoris Mater de todo el mundo, quienes esta mañana se han trasladado a la iglesia
del Primado de Pedro, en donde han celebrado la Santa Misa presidida por el arzobispo
de Santo Domingo, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez. En el centro Domus
Galilaeae, lugar donde los cristianos, y sobre todo, seminaristas y presbíteros, pueden
tener contacto directo con la tradición viviente de Israel, se conserva la piedra
donde Jesús confió a Pedro su mandamiento de guiar a la Iglesia.
Precisamente en este punto se ha rezado hoy por la salud del Santo Padre, “toda la
Iglesia se une en torno a Juan Pablo II – ha dicho en su homilía el cardenal Rodríguez
– pero aquí, en este lugar, queremos hacerlo con mayor intensidad. Sus gestos de dolor
son el signo de que el Papa está ofreciendo su sufrimiento a Cristo para la salvación
del mundo”, ha exclamado el purpurado, a quien se le ha unido en esta oración el arzobispo
de Varsovia, cardenal Josef Glemp. “Oremos siempre por el Santo Padre – pide el cardenal
Glemp – Él mismo a menudo sufre uniéndose al sufrimiento de Cristo. Nosotros vivimos
con él esta verdad del misterio del sufrimiento”.
Con la inauguración de esta Biblioteca se completa el centro Domus Galilaeae, inaugurado
el 25 de marzo de 2000 por Juan Pablo II, cuando celebró la Eucaristía en el Monte
de las Bienaventuranzas junto a cien mil jóvenes, durante el que fue su peregrinaje
a Tierra Santa. “¡Mirad, hermanos, vuestra vocación!” (1 Co 1, 26), exhortaba en aquella
ocasión el Obispo de Roma, “hoy estas palabras de san Pablo se dirigen a todos los
que hemos venido aquí, al monte de las Bienaventuranzas. Estamos sentados en esta
colina como los primeros discípulos, y escuchamos a Jesús”, recordaba el Pontífice,
exclamando: “¡Es maravilloso que estéis aquí!”.
Asimismo el Santo Padre recordaba como no lejos de ese lugar “Jesús llamó a sus primeros
discípulos, como os llama ahora a vosotros. Confiar en Jesús significa elegir creer
en lo que os dice, – añadía el Pontífice – aunque pueda parecer raro, y rechazar las
seducciones del mal, aunque resulten deseables o atractivas. Además Jesús – finalizaba
Juan Pablo II – no sólo proclama las bienaventuranzas; también las vive. ¡Él encarna
las bienaventuranzas!”.