El Papa bendice con un ramo de olivo en las manos a los más de 50 mil fieles reunidos
en la Plaza de San Pedro
Domingo, 20 mar (RV).- Ha causado gran emoción a todos los fieles presentes y seguramente
a la mayoría de las personas que han seguido la ceremonia eucarística del Domingo
de Ramos a través de la TV en todo el mundo, la bendición apostólica que al final
de la ceremonia ha impartido el Santo Padre tras el rezo del Angelus, dirigido por
el cardenal Camillo Ruini. Un larguísimo y entusiasmante aplauso ha acogido la presencia
del Papa que, asomándose por unos instantes a la ventana de su estudio, ha bendecido
con un ramo de olivo en las manos a los más de 50 mil peregrinos de los cinco continentes
reunidos en la Plaza de San Pedro.
Una secuencia breve pero llena de significado
que ha sido el colofón de una solemne ceremonia eucarística en la que no ha podido
estar presente el Pontífice, pero en la que ha quedado patente el inmenso sentido
de acogida que el Santo Padre, a pesar de su delicado estado de salud y la imposibilidad
de hablar, una vez más, ha dedicado a los fieles al final de la solemne celebración.
El
Papa, que había sido llamado con anterioridad con gran fuerza por las voces y los
coros de los miles de jóvenes presentes en la plaza de san Pedro, no ha pronunciado
ninguna palabra. Pero este no poder responder y dialogar con los jóvenes que le estaban
aclamando sin duda le ha causado gran pesar. Así se ha interpretado el gesto que ha
realizado el Papa cubriéndose el rostro con la mano.