40 aniversario de la Gaudium et Spes: la Santa Sede reitera la necesidad de que los
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU se adhieran al Tribunal Penal
Internacional
Jueves, 17 mar (RV).- “La triste persistencia de conflictos armados y las continuas
manifestaciones de violencia en muchísimas partes del mundo confirman la inseparable
relación entre justicia y paz, según la enseñanza fundamental propuesta con valiente
claridad en la Gaudium et Spes”. Lo reitera Juan Pablo II en su mensaje a los participantes
en la Conferencia - que se celebra desde la tarde de ayer en el Vaticano y que finalizará
mañana - sobre el tema “El Llamamiento a la justicia. Herencia de la Gaudium et Spes”,
40 años después de la promulgación de esta Constitución pastoral, del Concilio Vaticano
II, sobre la Iglesia en el mundo actual.
En este mensaje pontificio que fue leído por el cardenal Secretario de Estado, el
Papa hace hincapié en que “’el Llamamiento a la justicia’ es el desafío ante el cual
la Iglesia se encuentra constantemente comprometida, recordando a todo creyente la
necesidad de interpretar las realidades sociales a la luz del Evangelio”. En este
contexto, el Papa destaca su anhelo de reafirmar una vez más que “la paz es obra de
la justicia”, pues nace precisamente de aquel orden sobre el cual el Divino Fundador
mismo quiso que se edificara la sociedad humana”.
Apoyando a “todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que se empeñan en crear
condiciones de mayor justicia en el mundo” y citando a menudo el Compendio de la Doctrina
Social de la Iglesia, Juan Pablo II insiste en que “una paz verdadera en la tierra
conlleva, en efecto, la firme determinación de respetar a los demás - individuos y
pueblos - en su dignidad y la constante voluntad de incrementar la fraternidad entre
los componentes de la familia humana”,
“Todos los cristianos están llamados apremiantemente a ser ‘sinceros en el amor (Ef
4,15) y a unirse a los que aman sinceramente la paz, para implorarla y actuarla”,
recuerda asimismo el Papa y exhorta a “no olvidar nunca la virtud del amor que lleva
al perdón y a la reconciliación, animando el mismo compromiso cristiano en favor de
la justicia”. Sin olvidar que, precisamente, la justicia es cimiento de todo recto
orden social.
En numerosas oportunidades así como en esta Conferencia Internacional, promovida por
el Consejo Pontificio Justicia y Paz, la Santa Sede vuelve a reiterar su condena de
las guerras, violencias, terrorismo, torturas, genocidios y crímenes contra la humanidad.
Entre las acciones concretas que se proponen destaca la necesidad de que todos los
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU se adhieran al tribunal penal
internacional.
El Consejo Pontificio Justicia y Paz - instituido por Pablo VI - nació, precisamente,
a raíz del anhelo manifestado expresamente por los Padres Conciliares de que “fuera
creado un organismo universal de la Iglesia que tenga como función estimular a la
comunidad católica para promover el desarrollo de los países pobres y la justicia
social internacional” (Gaudium et Spes n.90).
"Justicia y Paz es su nombre y su programa" - escribía el Papa Pablo VI, refiriéndose
a este Consejo Pontificio - cuya tarea prioritaria es “el estudio en vista de la acción”.
Tal estudio es impulsado a partir del magisterio social de la Iglesia - pontificio
y episcopal - y contribuye a su desarrollo. Se orienta, de manera particular, en tres
sectores. El de la Justicia, el de la Paz y el de los Derechos Humanos.