Celebración del Día para los derechos de la Mujer y la Paz Internacional
Lunes, 7 mar (RV).- La preocupación de la Asamblea General de la ONU por la defensa
de los derechos de las mujeres, y por la paz internacional, llevó a este organismo
a proponer, el 16 de diciembre de 1977, a los Estados miembros que, de acuerdo con
sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, se estableciera un día del año
como Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional,
exhortando de este modo a los Estados a que continuaran contribuyendo a crear condiciones
favorables para la eliminación de la discriminación contra la mujer y para su plena
participación en el proceso de desarrollo social (resolución 32/142). Esa decisión
se adoptó con motivo del Año Internacional de la Mujer celebrado hace 30 años y del
Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer de 1976 a 1985, ambos proclamados por
la Asamblea.
Ese año dedicado a la mujer, las Naciones Unidas establecieron que cada 8 de marzo
se celebrara en todo el mundo el Día para los derechos de la Mujer y la Paz Internacional,
porque como proclamó el Secretario General en 1996, “hay que aunar nuestros esfuerzos
para poner fin a la discriminación por motivos de género, cuando quiera y donde quiera
que ésta ocurra. Es preciso que toda la humanidad tenga plenas facultades para aportar
su contribución al desarrollo de la sociedad y el adelanto de la civilización".
Y es que para ayudar a los millones de mujeres que sufren en todo el mundo, la ONU
no sólo ha querido establecer este día para ellas, sino que también contribuye con
el Fondo Global para las Mujeres, una fundación que otorga financiamientos y apoya
los esfuerzos de las mujeres para transformar sus sociedades y el mundo, a través
de financiamientos. Esta organización en particular está trabajando para crear un
mundo justo y democrático, donde las mujeres y los hombres puedan participar equitativamente
en todos los aspectos de la vida social, política y económica.
Una de las celebraciones más esperadas, será la presentación de las conclusiones sobre
la evolución del progreso alcanzado en el fomento de la igualdad entre los géneros
y la potencia del papel de la mujer y la niña, que se presentarán el 11 de marzo en
la sede de las Naciones Unidas de Nueva York, como parte del 49º período de sesiones
de la Comisión de la Condición jurídica y Social de la Mujer.
“¡Qué esperanza para la humanidad si, mediante el esfuerzo concertado de todas las
buenas voluntades, los centenares de millones de mujeres de todas las regiones del
mundo pudieran finalmente poner al servicio de esas grandes causas, y a la de la «reconciliación
en las familias y en la sociedad», no solamente su fuerza numérica sino la aportación
irremplazable de sus dones de inteligencia y corazón!”, con estas palabras el papa
Pablo VI mostraba la cercanía de toda la Iglesia a las mujeres en 1975, año Internacional
a ellas dedicado.
Y es que, en todo el mundo las mujeres sufren. En los países en vías de desarrollo
son las víctimas mayoritarias del SIDA y de los conflictos armados, mientras que en
los denominados países desarrollados, ellas son las que sufren malos tratos, abusos
o violencia sexual. Para poner fin a todos estos sufrimientos y darles la oportunidad
de vivir una vida digna, el 8 de marzo todos recordaremos la importancia de hacer
algo al respecto.
La Iglesia en este sentido, lanzó su mensaje a través de Pablo VI en el que mostraba
su “deseo de contribuir en el Año Internacional de la Mujer (1975) para que éste fuera
realmente, el punto de arranque de una acción a largo plazo. Dirigimos nuestra mirada
hacia el Altísimo – exhortaba Pablo VI en 1975 - Él ha creado a la mujer, lo mismo
que al hombre, a su imagen (Gen. 1, 27); El ha querido también llamar a una mujer,
la Virgen María, para que diera «su consentimiento activo y libre» (Marialis Cultus,
37: AAS 66, 1974, p. 148) al acontecimiento decisivo de la venida de Cristo a la tierra,
buena nueva de verdadera liberación para toda la humanidad”.