Cientos de misioneros luchan por llevar la educación a Angola

Domingo, 20 feb (RV).- El derecho a la instrucción, es uno de los compromisos que están luchando por garantizar los misioneros y misioneras asentados en Angola. Gracias al compromiso difundido en estos años, actualmente sólo en el capital, Luanda, hay 80 escuelas católicas, mientras que en toda Angola hay 300.000 alumnos seguidos por 4.200 profesores que frecuentan institutos católicos: 230 escuelas primarias, 59 escuelas secundarias y una universidad. Estas cifras garantizan la instrucción para muchos jóvenes angoleños que gracias a la Iglesia en este país pueden gozar de la posibilidad de aprender a leer y a escribir.

Y es que, en este país africano, la educación quedó duramente dañada tras los cuarenta años de guerra civil, alcanzando una de las peores tasas de mortalidad infantil del mundo, además de debilitar la capacidad y la productividad, y destruir la estructura socioeconómica. A pesar de los esfuerzo, poco más de la mitad de los niños y las niñas de Angola asisten a la escuela, el 45% sufre de desnutrición crónica y una cuarta parte muere antes de cumplir los cinco años.

Por este motivo, el papel que desempeñan las escuelas católicas en África, es “un símbolo de evangelización, educación integral y aprendizaje del diálogo entre jóvenes de religiones y ambientes sociales diferentes”, como recordaba Juan Pablo II en su Exhortación Apostólica Postsinodal “Ecclesia in Africa”, recordando además que “la Iglesia en África y en Madagascar debe ofrecer, por lo tanto, la propia contribución para la promoción de la escuela para todos en el marco de la escuela católica, sin descuidar la educación cristiana de los alumnos de las escuelas no católicas. Todo esto supone obviamente la preparación humana, cultural y religiosa de los educadores mismos”, explicaba el Santo Padre.
Y es que, proseguía el Papa en esta Exhortación Apostólica Postsinodal, “las Universidades e Institutos Superiores católicos en África tienen un papel importante en la proclamación de la Palabra salvífica de Dios ya que son un signo del crecimiento de la Iglesia cuando incorporan en sus investigaciones las verdades y las experiencias de la fe y ayudan a interiorizarlas. Estos centros de estudio – afirmaba el Obispo de Roma - están así al servicio de la Iglesia, ofreciéndole personal bien preparado; estudiando importantes cuestiones teológicas y sociales; desarrollando la teología africana; publicando libros y difundiendo el pensamiento católico; emprendiendo las investigaciones que les encargan los Obispos y contribuyendo a un estudio científico de las culturas”.
Y así es, ya que la universidad Católica de Luanda, capital del país, es el ateneo más prestigioso del Angola, aunque sólo tiene 5 años de vida. El año pasado tuvo lugar la ceremonia de entrega de las licenciaturas a los primeros estudiantes que han completado los cursos de instrucción; el acontecimiento fue publicado con énfasis por los medios de comunicación locales. Actualmente la universidad tiene más de 1.700 estudiantes, pero frente al gran número de solicitudes de instrucción ya se han iniciado los trabajos para poder acoger a más de 10.000 universitarios.
La atención educativa de la Iglesia está también testimoniada por el Primer Congreso de las Escuelas Católicas de la archidiócesis de Luanda que se celebró del 1 al 3 de febrero pasados. El Congreso, titulado "Nueva cultura, nueva escuela", tenía el objetivo de mejorar el proceso de enseñanza en las provincias de Huila y Namibe. Intervinieron en los trabajos representantes gubernativos, para dar testimonio del buen acuerdo en el campo educativo entre la Iglesia y el gobierno.
Por todos estos pequeños pasos adelante dados, la Iglesia sigue luchando para lograr que la educación llegue a todos los rincones del planeta, ya que educar significa desarrollar y perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio, de preceptos y ejercicios, y eso es lo que están haciendo cientos de misioneros en Angola.