El Papa insta a combatir el SIDA con prevención, educación y respeto absoluto por
la vida humana
Sábado, 22 ene (RV).- “Cada día las noticias del mundo nos recuerdan a todos la necesidad
imperiosa de construir un futuro de paz entre los hombres, consolidando un orden internacional
estable que esté garantizado por una mejor distribución de los recursos a nivel internacional
y por políticas activas de ayuda al desarrollo”. Son palabras de Juan Pablo II en
su discurso a la nueva embajadora de Holanda ante la Santa Sede Monique Patrizia Antoinette
Frank que ha presentado esta mañana sus cartas credenciales al Pontífice.
Ante las nuevas tensiones que son el resultado de la rápida transformación de nuestras
sociedades, “en un mundo cada vez más abierto a las diversidad de las culturas”, el
Santo Padre ha dicho que “es necesario y urgente un diálogo profundo entre los diversos
grupos que componen la sociedad holandesa, para que todos aprendan a conocerse y respetarse”.
El sentido de pertenencia cultural no se transformará en cerrazón si se aplica un
antídoto indispensable y eficaz, dice el Papa: “el conocimiento sereno, no condicionado
por prejuicios negativos de las otras culturas”. El Pontífice, ha afirmado que aceptando
esta condición será posible establecer entre las distintas comunidades, relaciones
pacíficas para construir todos juntos el edificio común de la nación.
Para asegurar una contribución fuerte de la Iglesia católica en este proceso, el Papa
ha hecho alusión al encuentro de Asís, hace tres años, cuando reunió a los representantes
de las grandes religiones del mundo para manifestar juntos la voluntad común de paz.
Y el Papa ha subrayado que pidió en particular modo entonces “renunciar absolutamente
a la legitimación del recurso a la violencia por motivos religiosos, y más aún condenarlos
explícitamente”. La Santa Sede está empeñada en promover, a todos los niveles, un
auténtico diálogo interreligioso, invitando a los cristianos, en todas las sociedades
donde ellos estén, a actuar con este mismo espíritu de concordia, como artesanos de
la paz y del diálogo con los fieles de otras religiones con los cuales ellos vivan.
El Santo Padre ha tratado luego el tema de “la lucha contra el hambre y la pobreza
en el mundo” y el compromiso que algunos países como Holanda tienen en favor del desarrollo
y de la asistencia sanitaria hacia las poblaciones expuestas al, drama de las pandemias
como el SIDA. A este respecto Juan Pablo II ha dicho que “la Santa Sede considera
que es necesario ante todo para combatir responsablemente esta enfermedad, aumentar
la prevención a través de la educación en el respeto del valor sagrado de la vida
y en la formación de la práctica correcta de la sexualidad, que supone castidad y
fidelidad”. El Papa ha hecho un nuevo llamamiento a la Unión Europea para que despliegue
sus esfuerzos en favor del desarrollo de África.
Y finalmente, el Pontífice ha puesto el dedo en otra llaga que desde hace algunos
años está afectado a la sociedad holandesa marcada por el fenómeno de la secularización:
la nueva política en materia de legislación concerniente al principio y al fin de
la vida humana. Al respecto, ha dicho el Papa, la Santa Sede no ha cejado de exponer
con claridad su posición invitando a los católicos de los Países Bajos a que testimonien
siempre respeto absoluto hacia la persona humana desde su concepción hasta la muerte
natural. Y el Pontífice ha invitado a las Autoridades, al personal médico y a las
personas que ejercen un papel educativo a mesurar la gravedad de estas cuestiones
y la importancia de la elección que ellos hacen, con el fin de construir una sociedad
más atenta con las personas y su dignidad.