El Papa exhorta a participar asiduamente en la Misa Dominical
Viernes, 21 ene (RV).- Es necesario participar asiduamente en la Misa Dominical, corazón
de la vida cristiana, y empeñarse para hacer redescubrir a los fieles la centralidad
de la Eucaristía. Esta fue la exhortación del Santo Padre en el discurso que le dirigió
a los participantes en la Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina,
a quienes recibió en Audiencia este viernes.
Tras saludar a los participantes
en la Plenaria, que tuvo como tema “La Misa dominical, centro de la vida cristiana
en América Latina”, el Papa renovó su afecto por Latinoamérica:
"Vuestro
Continente ocupa un lugar muy especial en mi corazón, tanto por el gran número de
católicos como por la vitalidad religiosa que caracteriza a los países que lo integran.
Personalmente conservo un grato recuerdo de mis visitas pastorales a vuestras tierras".
A
continuación, Juan Pablo II expresó su satisfacción porque, en este año dedicado a
la Eucaristía, “hayan querido reflexionar acerca de las diversas iniciativas para
redescubrir y vivir plenamente el domingo como día del Señor y día de la Iglesia”,
y al respecto, recordó que “no ha sido la Iglesia quien ha elegido este día, sino
el mismo Cristo Resucitado, y por ello, los fieles deben acogerlo con gratitud, haciendo
del domingo el signo de su fidelidad al Señor y un elemento irrenunciable de la vida
cristiana”.
Y tras recordar que en su Carta apostólica “Dies Domini” escribió
que “es de importancia capital que cada fiel esté convencido de que no puede vivir
su fe, con la participación plena en la vida de la comunidad cristiana, sin tomar
parte regularmente en la asamblea de la eucaristía dominical”, el Santo Padre precisó
que “participar en la Misa dominical no es sólo una obligación importante, sino ante
todo una exigencia profunda de cada fiel”, pues “no se puede vivir la fe sin participar
habitualmente en la Misa dominical, sacrificio de redención, banquete común de la
Palabra de Dios y del Pan eucarístico, y corazón de la vida cristiana”.
En
este sentido, el Papa les dijo que la importancia del tema exige de los Pastores de
la Iglesia, “un renovado esfuerzo por hacer descubrir la centralidad del domingo en
la vida eclesial y social de los hombres y mujeres de hoy”, y “por ello es necesario
concentrar los esfuerzos en una mejor y más cuidada instrucción y catequesis de los
fieles sobre la Eucaristía, así como velar para que la celebración sea digna y decorosa,
de modo que inspire respeto verdadero y piedad auténtica ante la grandeza del Misterio
Eucarístico”.
“Los invito –concluyó Juan Pablo II-, a que, en unión con los
sacerdotes, religiosos y fieles, pongan el mayor empeño en reflexionar y profundizar
en esta dimensión esencial de la vida sacramental de la Iglesia y trabajen para despertar
un amor cada vez más grande por el Misterio eucarístico en las diócesis”.
"Pongo todos estos
deseos y los propósitos surgidos en esta Reunión Plenaria a los pies de la Santísima
Virgen María, venerada en toda América con la advocación de Guadalupe. A Ella debemos
imitar en su relación con este Santísimo Sacramento. Que Ella interceda por los frutos
de las reflexiones de estos días, de modo que las conclusiones alcanzadas, se plasmen
en una acción más decidida y firme por hacer que cada vez más los fieles amen a Jesús,
presente en la Eucaristía, y aprovechen los frutos de incalculable valor que pueden
obtener por su participación en este Misterio".