Llamamiento de la ONU para recaudar más ayuda
Kofi Annan: ”Nunca había visto tanta destrucción”
Viernes, 7 de enero (RV) La ONU ha pedido más recursos militares y civiles poco después
de que Estados Unidos le cediera la coordinación de la asistencia internacional para
los damnificados del devastador maremoto en el sudeste asiático. Las tareas de coordinación
de la ayuda humanitaria internacional hasta el momento estaba a cargo de una coalición
liderada por Washington y que era conocida como "grupo de coordinación". La disolución
del grupo -formado también por Japón, Australia e India- y la cesión de funciones
a la ONU, fueron anunciadas ayer por el secretario de Estado norteamericano, Colin
Powell, en la conferencia que sobre el tema se celebró en Yakarta.
La ONU se encargará de la coordinación de la ayuda exterior, y las autoridades locales
gestionarán la asistencia proporcionada por sus propios gobiernos. El secretario general,
Kofi Annan, ha lanzado ya un llamamiento para recaudar 1.000 millones de dólares para
cubrir necesidades básicas -alimentos, agua, saneamiento y asistencia médica- de unos
5 millones de personas afectadas por el seísmo en los próximos seis meses.
Annan dio otros datos: al menos medio millón de personas están heridas, más de medio
millón desplazadas, cerca de dos millones necesitan alimentos, y muchas más, agua
y cuidados sanitarios. En estos momentos existen dos tipos de operaciones de socorro:
una más tradicional, que intenta cubrir las necesidades básicas de la población damnificada
en Sri Lanka, Maldivas, Tailandia e India; y otra más militar, concentrada en las
áreas de difícil acceso en las regiones de Aceh y Sumatra, en Indonesia.
El secretario general de la ONU reconoció que nunca se sabrá el número definitivo
de víctimas que causó el maremoto, que según dijo serán más de 150.000, y confió en
que las ayudas prometidas lleguen a sus destinatarios. Annan recordó en Yakarta, donde
acaba de finalizar la conferencia internacional para evaluar las consecuencias del
seísmo, que todas las promesas y los compromisos adquiridos se conviertan en dinero
en efectivo lo antes posible para las ayudas a la reconstrucción" porque "lo ocurrido
no tiene precedentes, fue una catástrofe mundial, por ello requiere una respuesta
también sin precedentes y global".
El mayor problema es el elevado número de niños muertos y huérfanos. Sólo en Sumatra,
la zona más devastada por el seísmo del 26 de diciembre, se estima que 35.000 menores
han perdido a sus padres. A esta reunión extraordinaria, acudieron representantes
de todos los países afectados y también el secretario de estado norteamericano, Colin
Powell; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el presidente
del Banco Mundial, James Wolfensohn, y el director gerente del FMI, Rodrigo Rato,
además de un buen número de líderes asiáticos.
También, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) ha hecho un llamamiento urgente solicitando 26 millones de dólares para ayudar
a los campesinos y pescadores víctimas de la catástrofe de la ola anómala que azotó
a la zona del sur de Asia el pasado 26 de diciembre. Según un comunicado de prensa
difundido por este organismo de la ONU, “las marejadas producidas por los tsunamis
destruyeron los medios de subsistencia y la base económica de muchas comunidades costeras”,
lo que significa que miles de personas carecen de medios para subsistir, ya que muchos
pequeños pescadores “dependen de la pesca cotidiana para alimentarse”.
Además de la tragedia humana provocada por el maremoto, los pescadores y agricultores
han perdido todo lo que tenían; los primeros han perdido sus pequeñas embarcaciones,
y los segundos se han quedado sin ganado, ya que la mayor parte de los animales de
granja murieron en la inundación llevándose ésta además las cosechas. Otro de los
problemas a los que se tiene que enfrentar la población es la escasez de agua potable,
ya que los pozos de agua dulce se han visto contaminados con el agua salada del mar,
por lo que esta agua no puede ser utilizada.
La FAO ya ha proporcionado en torno a 1,5 millones de dólares de sus propios recursos
en ayuda de emergencia para la agricultura y la pesca en Indonesia, las Maldivas,
Sri Lanka y Tailandia, ya que este organismo considera que en los próximos seis meses
se necesitarán alrededor de 10 millones de dólares para llevar a cabo proyectos de
emergencia agrícolas y pesqueros en Indonesia.
Hasta el momento la población está contando, además de con la ayuda internacional,
con las donaciones que numerosas comunidades católicas están haciendo para llevar
alimentos y medicinas a la zona, en este sentido, Caritas Internacional trabaja incansable
desde que se desencadenó la tragedia para hacer eco del llamamiento de Juan Pablo
II para que todos “los cristianos y hombres de buena voluntad” ayuden a las víctimas
de esta masacre.