La Confederación Latinoamericana de Religiosos se une a la solidaridad mundial en
Asia
Lunes, 3 enero (RV) Con un comunicado de prensa, la presidencia de la Confederación
Latinoamericana de Religiosos expresa su solidaridad con las poblaciones asoladas
por la tragedia del Sudeste Asiático. Deseando ricas bendiciones para el Año 2005,
lleno de Paz y de Esperanza, los miembros de la CLAR reiteran que «como hombres y
mujeres cristianos no podemos tener otra intención, que la de llevar la paz de Cristo,
Tras destacar que « hoy más que nunca es el tiempo de anunciar la Palabra de Dios
más con el ejemplo que con palabras, este comunicado recuerda que no podemos quedar
mudos ni paralizados por el dolor que causan las injusticias sociales.
Asimismo la Confederación Latinoamericana de Religiosos, poniendo de relieve su profunda
y activa solidaridad con las victimas del maremoto en el Sudeste Asiático - que causó
perdidas irrecuperables como son la cantidad de vidas que sesgó, sumando a esto la
cantidad de huérfanos que ha dejado y las filas que se alargan de desposeídos - recuerda
que todo ello aumenta las pobrezas extremas de quienes ya casi nada poseen.
Los religiosos y religiosas latinoamericanos lamentan también el terrible incendio
en Argentina donde perdieron la vida tantos jóvenes. Tras denunciar a las autoridades
responsables que no actuaron para prevenir estas catástrofes, los miembros de la CLAR
destacan su solidaridad con todas las victimas y sus familiares, a la vez que unen
sus manos y fuerzas; su fe y esperanza, “recordando que el dragón no es tan grande
como parece. Y que en quien hemos puesto nuestra esperanza no nos defrauda, Cristo
Jesús”.
La Confederación Latinoamericana de Religiosos, haciendo hincapié en la exhortación
de Juan Pablo II, invita a rezar por las victimas y a fortalecer nuestros corazones
de misericordia, buscando desde donde estamos y en donde estemos el ser portadores
de los valores del Reino: de la Verdad, de la Esperanza, de la Justicia y Reconciliación
para que haya Paz verdadera, sabiendo que el “mal se vence a fuerza de hacer el bien”.