La ciudad de Belén protagonista de nuevas muestras de esperanza para la paz
Domingo 26 dic (RV)La tarde del 24 de diciembre se renovó por vigésima tercera vez
la tradición querida por Juan Pablo II del Belén en la Plaza de San Pedro. La inauguración
corrió a cargo del cardenal Edmund Casimir Szoka, presidente del la Pontificia Comisión
para el Estado de la Ciudad del Vaticano, y fue transmitida en directo por Telepace
y se realizaron conexiones con Belén. Tras la inauguración el Papa, asomándose a la
ventana de su estudio privado, encendió y bendijo el cirio de la paz.
De hecho la representación doméstica o artística, sagrada o popular del Belén es el
símbolo más importante de la Navidad. El mismo Juan Pablo II subrayaba, durante el
Ángelus del pasado 12 de diciembre, la centralidad del pesebre: “Es un elemento de
nuestra cultura y de nuestro arte, pero sobre todo es el símbolo de nuestra fe en
Dios, que vino a Belén para habitar entre nosotros”.
Y la gruta de Belén, reflejada en el pesebre de la Plaza de San Pedro, ha sido una
ocasión magnífica para que el padre Giovanni Battistelli, anterior Custodio de Tierra
Santa, haya invitado a los peregrinos a volver a Belén porque no encontraran dificultades
y serán acogidos como mensajeros de paz y artífices de comprensión y diálogo. Una
invitación confortante tras la reciente declaración conjunta de los ministros de Turismo
de Israel y Palestina para facilitar la entrada de peregrinos cristianos como centinelas
de paz en Tierra Santa.
Y efectivamente, las celebraciones navideñas en Belén han contado con la presencia
este año de los nuevos dirigentes palestinos a la Misa del Gallo en la Iglesia de
Santa Catalina, además de la de centenares de peregrinos. El presidente de la Organización
para la Liberación de Palestina y candidato favorito a los comicios presidenciales
del próximo 9 de enero, Mahmud Abas (Abú Mazen), asistió a la tradicional misa acompañado
por otros dirigentes de la cúpula palestina. Es la primera vez que la Autoridad Nacional
Palestina participa en esta celebración religiosa en los últimos cuatro años de conflicto.
Desde las Navidades de 2001 Israel impedía que el presidente Yaser Arafat, fallecido
el pasado noviembre, viajara a Belén para participar en los ritos cristianos a causa
de su confinamiento en Ramala.
El Custodio franciscano de Tierra Santa, el padre Pierbattista Pizzaballa, afirmó
que tanto los representantes palestinos como los judíos son «bien acogidos en los
lugares santos, preservando, en lo posible, el espíritu de oración y de sacralidad
como el lugar y la liturgia requieren». Entretanto en la Basílica de la Natividad
desde el pasado 15 de diciembre se ha celebrado cada día por la tarde una Misa en
la que se ofrece una reflexión, en el contexto de la novena de preparación para la
Navidad.