La desvalorización social del matrimonio o de la dignidad inviolable de la vida humana
es una derrota para la sociedad
Sábado, 18 dic (RV).- “Ningún progreso civil puede derivar de la desvaloración social
del matrimonio y de la pérdida de respeto por la dignidad inviolable de la vida humana”.
Han sido las palabras del Papa a la Asamblea del Forum de las Asociaciones Familiares
a quien ha recibido esta mañana en audiencia.
La Asamblea del Forum de las Asociaciones Familiares representa a millones de familias
italianas. “La familia -ha dicho el Papa en su discurso- no es solamente el corazón
de la vida cristiana, sino el fundamento de la vida social y civil, y por esto constituye
un capítulo central en la enseñanza social cristiana”. “Es necesario profundizar desde
un punto de vista personal y social sobre el valor originario e irrenunciable de la
unión entre el hombre y la mujer que se materializa en el matrimonio y que da origen
a la comunidad familiar. Quien destruye este tejido fundamental de la convivencia
humana causa una herida profunda a la sociedad y provoca daños a menudo irreparables”.
Después de enumerar los continuos ataques que actualmente se hacen al matrimonio,
a la familia, y a los derechos de los representantes del núcleo familiar, el Santo
Padre subraya que “ningún progreso civil puede derivar de la desvaloración social
del matrimonio y de la pérdida de respeto por la dignidad inviolable de la vida humana”.
“Lo que viene presentado como progreso civil o conquista científica (el Pontífice
se refiere a la práctica del aborto y a las formas artificiales de procreación) en
muchos casos es una derrota para la dignidad humana y la sociedad”.
“La verdad del hombre, su llamada desde la concebimiento a ser escuchado con amor
y en el amor -ha indicado el Pontífice-, no puede ser sacrificada al dominio de las
tecnologías y a la prevaricación de los deseos en favor de los derechos auténticos.
La ciencia y las tecnologías están verdaderamente al servicio del hombre sólo si
tutelan y promueven a todos los seres humanos”. El Papa exhorta a las Asociaciones
católicas a no ceder ante una cultura que amenaza los fundamentos mismos de la vida
y la familia, y a movilizarse para ser “protagonistas” en la defensa de estos valores.