El 5 de diciembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional delos Voluntarios
para el Desarrollo Económico y Social, dedicado a todas aquellas personas que dedican
su vida a quienes más lo necesitan.
Cada día en muchos rincones del planeta, millones de mujeres, hombres y jóvenes ofrecen
a diario, de manera desinteresada, su trabajo, su tiempo y su capacidad para beneficiar
a los demás. Son los voluntarios que desarrollan su trabajo en aldeas y comunidades
y que llevan a cabo tareas como administrar vacunas, programas de alfabetización,
programas de nutrición, ayudan a distribuir alimentos, aportar asistencia de socorro
y medicinas, entre muchas otras más.
De acuerdo con la Cumbre del Milenio celebrada en septiembre el 2000 por Naciones
Unidas, la libertad, la igualdad de los individuos y los pueblos, la solidaridad,
la tolerancia, el respeto por la naturaleza y la responsabilidad común, son los seis
valores fundamentales que deben caracterizar al siglo XXI. El trabajo de los voluntarios
en todo el mundo esta relacionado con estos seis valores, ya que son personas que
trabajan para servir a los demás y transformar la sociedad en beneficio de todos y
cada uno de sus miembros.
Por este motivo en 1985, la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los gobiernos
a celebrar todos los 5 de diciembre elDía Internacional de los Voluntarios para el
Desarrollo Económico y Social
para alentar quince años después de la creación del Programa de Voluntarios de las
Naciones Unidas, los servicios de voluntarios.
El Día Internacional de los voluntarios (DIV) representa una oportunidad para las
organizaciones de voluntarios y para los propios voluntarios de trabajar de forma
conjunta en proyectos y campañas, promoviendo sus contribuciones para el desarrollo
económico y social tanto a nivel local como nacional e internacional, uniendo el apoyo
de las Naciones Unidas con mandatos a nivel local.
Todo esto ha provocado un fortalecimiento del voluntariado, ya que, mientras en 1996,
69 países celebraron el Día Internacional de los Voluntarios (DIV), en 2003, fueron
más de 125 los países tanto industrializados como en vías de desarrollo que lo hicieron.
Además de reconocer y animar a la acción voluntaria, muchos países aprovecharon este
Día para destacar, de manera estratégica, el papel del Voluntariado para alcanzar
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), es decir: reducción de la pobreza,
del hambre, de las enfermedades, del analfabetismo, de la degradación del medio ambiente
y la discriminación de las mujeres.
Las características más importantes del voluntariado son: la gratuidad, la continuidad,
la responsabilidad personal, el conocimiento, respeto y valoración de las diferentes
personas o pueblos que pueda encontrarse en la realización de su tarea. Estas características
las cumplen los más de 550.000 voluntarios que hay en España, de los cuales el 70
% tiene menos de 30 años. En general estos voluntarios dedican como promedio tres
horas semanales a su labor social a favor de los sectores marginales de nuestra sociedad
o de los pueblos empobrecidos del Sur. El 33 % de los voluntarios son estudiantes,
el 31 % trabajadores y un 12 % está jubilado.
Sin duda la labor de los voluntarios en todo el mundo es una de las muestras más increíbles
de solidaridad ante el prójimo, por este motivo Juan Pablo II quiso recordar en su
discurso de 2001 – Año Internacional del Voluntario – la importante labor por ellos
realizada. El Santo Padre se preguntaba qué es lo que impulsa a un voluntario a dedicar
su vida a los demás, a lo que respondió afirmando que “ante todo, el ímpetu innato
del corazón, que estimula a todo ser humano a ayudar a sus semejantes. Se trata casi
de una ley de la existencia. El voluntario siente una alegría que va más allá de la
acción realizada, cuando logra dar gratuitamente algo de sí a los demás”.
Asimismo, Juan Pablo II considera que “el voluntario constituye un factor peculiar
de humanización”, porque gracias a las diversas formas de solidaridad y servicio que
promueve y concreta, “hace que la sociedad esté más atenta a la dignidad del hombre
y a sus múltiples expectativas”. A través de la actividad que lleva a cabo cada voluntario,
éste llega a experimentar que la criatura humana sólo se realiza plenamente a sí misma
si ama y se entrega a los demás.
Precisamente esta es la labor que tienen que desempeñar los voluntarios de todo el
mundo que trabajan incansables en zonas de conflicto o en nuestras propias ciudades
para ofrecer su amor incondicional a los demás y así permitir que puedan salir adelante.