El laicismo radical puede destruir el humanismo pero confiamos en los laicos que buscan
el diálogo para ayudar a que crezca una nueva identidad europea
Jueves, 2 dic (RV).- “El laicismo radical puede destruir el humanismo pero confiamos
en las expectativas de tantos sectores laicos que buscan el diálogo para ayudar a
que crezca una nueva identidad europea”. Así lo afirmaba ayer por la tarde el prefecto
de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Josef Ratzinger, en su intervención
en un seminario de la Congregación salesiana.
En su discurso, que estuvo dedicado
a la identidad europea, el cardenal denunció la presencia de un laicismo radical que
reduce todo a ‘comercio’ y ‘predominio del mercado’, y que no sólo se opone a la Iglesia
sino que tergiversa sus enseñanzas. En concreto, el laicismo radical basado sobre
la idea de la libertad absoluta se configura como una traición de la visión del Iluminismo
que dice representar.
Para el cardenal Ratzinger, el laicismo radical sitúa
el inicio de la identidad europea con el Iluminismo que no deseaba el dominio de la
religión sobre la razón. Para el purpurado los laicistas radicales han convertido
el Iluminismo en una caricatura de sí mismo, que ofrece una visión del mundo, una
filosofía, según la cual el hombre el producto de la casualidad y puede disponer de
su vida sin necesidad de normas, en nombre de la libertad absoluta.
De esta
concepción deriva, según el prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, la
afirmación de la licitud de las experimentaciones científicas más desenfrenadas o
la solicitud de equiparar al matrimonio distintos tipos de uniones o la idea de que
el individuo pueda elegir su sexo de pertenencia.
Criticando la hipocresía
del mundo laico radical el cardenal manifestó que “no se dan cuenta de que por ejemplo
el Islam nos desprecia precisamente por la idea de que Dios sea confinado a la esfera
personal”.