2004-11-23 11:00:48

Día Mundial de la Televisión


En la sociedad de la información que caracteriza al mundo de hoy, la ONU ha querido recordar a todos la importancia que el buen uso de la televisión tiene. Por este motivo, cada 21 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Televisión.

El 17 de diciembre de 1996, la Asamblea General proclamó Día Mundial de la Televisión el 21 de noviembre, en conmemoración de la fecha en que se celebró en 1996 el primer Foro Mundial de Televisión en las Naciones Unidas, invitando a los Estados Miembros a  observar el Día alentando intercambios mundiales de programas de televisión referentes a cuestiones de paz, de seguridad, de desarrollo económico y social y de profundización de los intercambios culturales.

Una de las misiones más importantes de la televisión es la dedicada a la cultura, y a la pedagogía coexiste con los objetivos complementarios de informar y entretener a los televidentes. A través del más de medio siglo de historia del medio televisivo, diferentes programas, cadenas públicas y, más recientemente, canales temáticos especializados han procurado dotar a la oferta televisiva de contenidos culturales al alcance de un amplio público.

Hacia finales de los años 60 comenzó en Europa Occidental lo que muchos estudiosos han bautizado como “la etapa de oro de la televisión pública”. Fue una época en la cual la lógica de democratización social y la función pedagógica alumbraron parte de la concepción de programas de carácter cultural con el ánimo de llegar a los sectores intelectuales más activos.

Efectivamente, entre mediados de la década de los 60 y principios de los años 80, tuvo lugar la implantación a nivel nacional de la primera generación de canales culturales.

En las últimas dos décadas del pasado siglo se dio un fenómeno de doble dirección. Por un lado, la competencia cada vez más encarnada entre las televisiones generalistas, salvo contadas excepciones, relegó a los programas culturales a espacios cada vez más marginales en la parrilla de programación. Por otro lado, surgieron en distintos países canales temáticos dedicados a diversos aspectos de las culturas. Estas señales con vocación internacionalista que llegan a todos los rincones del planeta a través de las plataformas digitales de televisión.

El abanico de contenidos de la programación cultural es amplio. Con una clara vocación pedagógica se han “adaptado” a la televisión grandes obras de la literatura universal (dramáticas, biográficas o históricas) a la pequeña pantalla. La televisión británica se ha destacado en este campo, como se recordará, por el todavía célebre caso de Yo Claudio. En el caso español aún todavía se recuerda la exitosa serie de dibujos animados realizada a partir de la célebre novela de Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, que fueron emitidos por primera vez en TVE durante la temporada 1979-1980.

Otra veta de la televisión cultural son los documentales dedicados a la flora y la fauna. Un ejemplo que marcó un hito en la historia de los documentales televisivos es el de las expediciones del equipo comandado por Jacques Cousteau, quien hizo conocer a millones de telespectadores de todo el mundo el apasionante, y hasta entonces desconocido, mundo submarino a través de setenta filmaciones para televisión. En España, fue Félix Rodríguez de la Fuente quien a través de sucesivos y exitosos programas (“Félix, el amigo de los animales”; “Fauna ibérica”; “Aventura”; “Planeta Azul” y “El hombre y la tierra”) dio a conocer la belleza del mundo animal autóctono.

Por último es de destacar la compleja relación entre el mundo de los libros y la televisión. Pese a los bajos índices de audiencia que suelen acompañar a los programas de divulgación y crítica de libros, hay honrosas excepciones.

La importancia del mundo de la televisión ya la puso de manifiesto el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, en su discurso de 2002, donde subrayó el aporte que la televisión da al mundo, al reunir, producir y distribuir – como hemos señalado antes – contenidos diversos de alta calidad que reflejan culturas nacionales y regionales. Además Annan señala que la televisión “puede ser una plataforma para las voces de todos los sectores de la sociedad, no solamente para los más poderosos”, sino para todos en general, porque a través de sus contenidos es capaz de unificar cultural y darlas a conocer, evitando la “difusión del odio, de los estereotipos o las imágenes deshumanizadas”.

La celebración anual del Día de la Televisión busca centrar la atención en el rol de la televisión en promover la paz y el desarrollo, desarrollando una visión común en una sociedad de la información que contribuya al progreso y al bienestar de los pueblos del mundo.







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