Reunión del Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos
«Que la Iglesia, renovada en el redescubrimiento del don y del misterio de la Eucaristía,
pueda extender esta inextinguible riqueza de vida a los que están cerca y a los que
están lejos, en una urgente obra de nueva evangelización». Era la exhortación de Juan
Pablo II a los participantes en la reunión del Consejo Ordinario de la Secretaría
General del Sínodo de los Obispos. «La EncíclicaEcclesia de Eucharistiay
la Carta apostólicaMane nobiscum Domineestán confiadas a la Iglesia para que
la doctrina y la práctica eucarística encuentren universalmente las almas listas a
la comunión con el Señor y con los hermanos en el mandato de la caridad». Lo señaló
el martes Juan Pablo II al recibir en audiencia a los participantes en la reunión
del Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos.
El
Papa hizo hincapié en que los Pastores de la Iglesia «tienen la tarea principal de
ser maestros auténticos de comunión, con el fin de que todo el rebaño del Señor crezca
en la unidad de un solo cuerpo, se dilaten los espacios de la caridad pastoral y la
colegialidad y la comunión florezcan por medio de los frutos santos del Espíritu».
«Qué
la Iglesia, renovada en el redescubrimiento del don y del misterio de la Eucaristía,
pueda extender esta inextinguible riqueza de vida a los que están cerca y a los que
están lejos en una urgente obra de nueva evangelización».
Saludando
a los miembros del décimo consejo ordinario de la Secretaría General del Sínodo de
los Obispos y compartiendo la profunda alegría de una renovada experiencia de comunión
episcopal y de solicitud por todas las Iglesias, el Papa abrazó idealmente a los prelados
«en un abrazo de paz, fraternidad y comunión», sentimientos que llevan a tener todos
«un solo corazón y una sola alma».
Tras recordar la institución de este organismo,
en 1965, por parte de su predecesor Pablo VI, el Pontífice se ha referido a la próxima
undécima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tratará un tema
crucial para la Iglesia, el de la Eucaristía.
«Eucaristía fuente y culmen de
la vida y de la misión de la Iglesia», ha subrayado Juan Pablo II, reiterando que
la Iglesia toma, precisamente, de la Eucaristía las energías vitales para su presencia
y su acción en la historia de los hombres». En este contexto, el Papa puso de relieve
que el próximo sínodo brindará, una vez más, la ocasión propicia para que en la Iglesia
se confirme la fe en el adorable misterio de la Eucaristía, se renueve la comunión
colegial y jerárquica y se promueva la caridad fraterna. Juan Pablo II puso de
relieve que la fase preparatoria de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los
Obispos «coincide no sólo cronológicamente con el año dedicado a la Eucaristía». Y
que se trata de un caso especial de reciprocidad entre la Iglesia universal y el mismo
Sínodo. En este año – afirmó el Santo Padre – «la Iglesia y el Sínodo convergen hacia
un fin único: el Señor Jesús, presente, vivo y vivificante en el sacramento de la
Eucaristía».