2017-11-06 16:51:00

Ayuda a las víctimas de la trata, workshop en el Vaticano. Entrevista a Mons. Sánchez Sorondo


Ayuda a las víctimas de la trata de personas: mejores prácticas en materia de asistencia jurídica, indemnización y reinserción social

Se llevó a cabo del 4 al 6 de noviembre en la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales una mesa de trabajo que tuvo como temática la ayuda a las víctimas de la trata de personas, en relación a cuáles son las mejores prácticas en materia de asistencia jurídica, indemnización y reinserción social.

El encuentro entre especialistas del sector fue organizado en modo conjunto por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales y la Alianza Global para la Ayuda Legal (GALA, por sus siglas en inglés), ambas organizaciones profundamente preocupadas por el bienestar de las personas que son víctimas de la trata.

Se trató de un intercambio de opiniones entre expertos en materia sobre los modelos que parecen ser más eficaces para restituir a las víctimas su dignidad y lograr una reinserción eficaz en la sociedad, y también un análisis sobre cuáles iniciativas, que si bien emprendidas con las mejores intenciones, no han sido eficaces.

En diálogo con nosotros, tras la rueda de prensa conclusiva de los días de trabajo, el Canciller de la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales, Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, se refirió al esfuerzo realizado por el Papa Francisco para la erradicación de las plagas de la sociedad, como lo son el tráfico de seres humanos, la prostitución y la venta de órganos. “Estos años hemos estudiado unos y otros problemas, - expresó ante nuestros micrófonos - aunque nos queda el problema de internet”. “El trabajo de estos días fue muy importante porque hemos individuado las buenas prácticas. Conocemos la extensión del problema, o al menos la punta del iceberg”, dijo.

Monseñor Sánchez Sorondo se refirió en primer lugar  la magnitud del problema del tráfico humano y a la finalidad de los trabajos de estos días: “Sabemos que hay un negocio de alrededor de 150 mil millones de dólares anuales. Sabemos que por cada prostituta la ganancia media es de 5 mil dólares, es decir, es un gran negocio. De modo que la tragedia es de gran gravedad y por eso los Papas lo han definido un crimen contra la humanidad. Sabemos, por lo tanto, la extensión del fenómeno, pero ahora hemos querido individuar las prácticas para salir del tema”.

En los dos días de intenso trabajo los participantes, entre los cuales, letrados, antropólogos, sociólogos, religiosas y religiosos, se ha visto, tal como señalado por Monseñor Sánchez  Sorondo, “una coincidencia básica”, que ha sido la importancia de poner a la víctima en el centro, “como persona humana”, de cuya inserción en la sociedad “deben ocuparse tanto los privados como el Estado”.  

“Si es extranjera – explicó-  es necesario darle la posibilidad de volver al país. Esto debe ocurrir una vez que pueda tener allí propio país una vida digna, o en el país donde ha sido recibida”. “No queremos, cuando se trata de una extranjera, que le sea dado un plazo formal, sino que el plazo debe ser cuando a ella le sea reintegrada su dignidad y sea reinsertada en la vida normal”.

Para llevar a cabo esta reinserción social son diversos los modelos puestos en práctica, entre los que el prelado destaca aquel mexicano, que consiste en el seguimiento de un protocolo que inicia con un reconocimiento público de la traición que han tenido las víctimas, seguido por el propósito de entrar en la sociedad en una forma normal, con un trabajo normal y también la posibilidad de emprender un estudio.

“Con este modelo – expresó el Canciller de la PACS - todas estudian”. “Han sido rescatadas trescientas víctimas, sobre todo de la prostitución, y todas están estudiando, o tienen un trabajo o tienen un oficio”. “Todas poseen títulos que les ha otorgado el estado”.

Tras reconocer el trabajo que la Iglesia ha siempre dedicado a la problemática, el prelado indicó también las limitaciones, subrayando asimismo la eficacia del modelo mexicano:

“La idea general es que es muy difícil reintroducir a las víctimas en la sociedad, porque reinciden”. “Si uno les da solo la fuerza psicológica y la conversión espiritual, - que es fundamental- pero no les da un instrumento para inserirse en la vida normal, las deja a mitad de camino”.

“Creo que este modelo agrega el hecho de darle la posibilidad, la capacidad, y los títulos para poder entrar en una vida con un profesión digna, que reconozca la propia dignidad y además, que les guste”.

Un modelo que, según el prelado, es replicable a nivel internacional, en modo particular “en los países de orden latino”. Y esto debido a que “los anglosajones tienen un sistema educativo costoso, y el Estado se asusta”; mientras que en cambio “en los países en donde la educación es gratuita,  es más fácil”. Aunque “tendría que ser incluido también en los países anglosajones”, añade.

En relación a la problemática del “dark internet”, o bien el lado oscuro de la red, “donde el mal consigue actuar y expandirse de manera siempre nueva y cada vez con más eficacia, extensión y capilaridad”,  - tal fueran las palabras del Romano Pontífice el pasado 6 de octubre, al recibir en audiencia a los participantes en el congreso  sobre la dignidad del menor en el mundo digital -  Mons. Sorondo expresó que, siguiendo la línea dictada por el Papa, la problemática debe ser estudiada por la Pontifica Academia de las Ciencias Sociales, y, por lo tanto, se está llevando a cabo la búsqueda de la gente que sea capaz de afrontar la temática: “en tanto – dijo-  queremos contar con la policía y el ejército que conocen el tema del famoso ‘internet negro’”. “Como dijo el Papa en el encuentro sobre los niños, este instrumento que puede convertirse en instrumento de bien, pero que en este momento también está siendo un instrumento terrible del mal”. 

De Griselda Mutual








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