2017-10-18 11:29:00

«Ante la muerte Jesús nos dice: no temas, sólamente ten fe» El Papa en la Catequesis


En el miércoles 18 de octubre de 2017 el Papa impartió, como de costumbre, su catequesis durante la Audiencia General. Tras oír junto a los fieles el Evangelio de san Juan que narra el episodio en que Jesús anuncia a Marta que su hermano Lázaro resucitará, el Santo Padre explicó el contraste que existe entre la esperanza cristiana y la realidad de la muerte. "La muerte es un misterio que manifiesta la fugacidad de la vida que nos hace descubrir que nuestros actos de orgullo, ira y odio, eran vanidad". Pero Jesús, nuestro Señor, ilumina el misterio de la muerte y nos autoriza a sentirnos dolidos cuando una persona querida se va, y esto no es contrario a la fe cristiana, afirmó el Papa. 

"Hoy reflexionamos sobre el contraste que existe entre la esperanza cristiana y la realidad de la muerte. Nuestra civilización moderna trata de suprimir y disimular la muerte, hasta el punto de que cuando llega nadie está preparado, ni tiene tampoco los medios para darle un sentido. La muerte es un misterio, manifiesta la fugacidad de la vida, nos enseña que nuestro orgullo, ira y odio, son sólo vanidad; que no amamos lo suficiente, que no buscamos lo esencial. Pero también nos indica que solamente el bien y el amor que sembramos mientras vivimos permanecen".

Al explicar que en tiempos antiguos la muerte era acontecimiento que los ancianos narraban a las nuevas generaciones, como “una realidad ineludible que obligaba al hombre a vivir por algo absoluto”, el pontífice evocó el salmo 90: «Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría», para mostrar que al contrario de esto, nuestra sociedad moderna tiene a suprimir la muerte, y cuando ella llega, nos encuentra desprevenidos, inclusive, dijo "sin un alfabeto" que nos ayude a esbozar palabras de sentido en torno a su misterio.

De ahí la afirmación de que "la muerte es un misterio que manifiesta la fugacidad de la vida" que nos hace descubrir "que nuestros actos de orgullo, ira y odio, eran vanidad". Pero también la anotación de que Jesús, nuestro Señor, ilumina el misterio de la muerte. Como lo hizo ante la tumba de su amigo Lázaro, cuando se turbó profundamente y rompió a llorar: con esa actitud, precisó el Santo Padre, Él nos autoriza a sentirnos dolidos cuando una persona querida se va, lo que no es contrario, a la fe cristiana.

"Como hemos escuchado en la lectura del Evangelio, - expresó en español el Papa - Jesús es el único capaz de iluminar el misterio de la muerte. Con su actuar nos enseña que sentir dolor ante la pérdida de un ser querido no es contrario a la esperanza. Su oración al Padre, Origen de la vida, nos revela que la muerte no forma parte de su designio amoroso, y que Jesús mismo, con su obediencia total al Padre, restaura el proyecto original de Dios y nos otorga vida en abundancia. En varios pasajes evangélicos, en que Jesús se confronta con la muerte, pide que no se tenga miedo ante ella, sino que se confíe en su palabra y se mantenga viva la llama de la fe. A la evidencia de la muerte, Jesús opone la luz de su potencia, que también extiende sobre cada uno de nosotros, pequeños e indefensos frente al enigma de la muerte, y nos asegura: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá»"

Éstas son las palabras que Jesús repite a cada uno de nosotros cada vez que la muerte viene a romper el tejido de la vida y de los afectos, dijo el Romano Pontífice, y afirmó que "nuestra existencia entera se juega precisamente allí: entre el lado de la fe y el precipicio del miedo". "¡Qué gracia, - añadió – si en ese momento custodiamos en el corazón la llama de la fe!"

En la conclusión de la catequesis el Obispo de Roma rezó para que el Señor Jesús "única esperanza de la humanidad, nos conceda la gracia de mantener encendida la llama de la fe, y en el momento de nuestra muerte nos tome de la mano y nos diga: «¡Levántate!»".  "Esa es nuestra esperanza antes de la muerte - expresó en los últimos párrafos de su catequesis impartida en italiano: para quien crea, es una puerta que se abre por completo; para quienes dudan, es una luz que se filtra por una puerta que no se ha cerrado por completo. Y para todos nosotros –dijo finalmente Francisco -será una gracia cuando esta luz nos ilumine". 

(Griselda Mutual - Radio Vaticano)








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