2016-10-12 09:50:00

Con pequeños gestos concretos debemos ser signo e instrumento de la misericordia, pidió el Papa en la Catequesis


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

En un mundo donde reina la indiferencia, las obras de misericordia son el mejor antídoto contra la indiferencia, porque nos educan a estar atentos a las necesidades más elementales de nuestros hermanos más pequeños y vulnerables. “Cada una de estas obras son el modo concreto de vivir la misericordia, y hacer nuestra fe viva y operosa con la caridad”, explicó Francisco el 12 de octubre de 2016.

“No es suficiente haber experimentado la misericordia de Dios en nuestra vida, debemos ser su signo e instrumento a través de pequeños gestos concretos –insistió el Obispo de Roma-. Estos tienen valor a los ojos del Señor, hasta el punto de ser el criterio sobre el que seremos juzgados. La Iglesia ha llamado a estos pequeños gestos “obras de misericordia corporales y espirituales”, que tocan las exigencias más importantes y esenciales de las personas.”

“En un mundo donde reina la indiferencia, las obras de misericordia son el mejor antídoto contra ella, porque nos educan a estar atentos a las necesidades más elementales de nuestros “hermanos más pequeños” y vulnerables”.”

Francisco rogó “que el Espíritu Santo encienda en nosotros el deseo de practicar las obras de misericordia, para que nuestros hermanos sientan presente a Jesús, que no los abandona en sus necesidades sino que se hace cercano y los abraza con ternura”.








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