2016-10-11 14:39:00

Nuestro Cura Brochero santo


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

A finales del 1800, en Argentina, un sacerdote católico recorrió a lomo de mula los 4.336 Km. cuadrados de su parroquia, en la provincia de Córdoba para visitar a cada uno de sus feligreses.

Los invitaba al encuentro con Jesús en la oración profunda y larga de los ejercicios espirituales ignacianos.

Su testimonio de discípulo misionero de Jesús trascendió su espacio en Córdoba, Argentina y también el tiempo. El 16 de octubre de 2016 el Papa Francisco lo canoniza en la plaza de san Pedro en Roma. Y Roma tendrá peregrinos, devotos que han conocido al santo Cura Brochero por la devoción de sus abuelos o tatarabuelos, que sí conocieron directamente al sacerdote. Y vienen con el estupor y la alegría de tener por primera vez el “santo propio”. Porque es el primer santo argentino, de nuestra tierra, de nuestra zona. Se hizo de la familia. Conoció nuestras dificultades como propias porque se hizo uno más de los nuestros como hizo Jesús en su tierra. Estos peregrinos y devotos vienen emocionados a Roma, a escuchar aquí que el mismo Papa Francisco, también argentino, pronuncia el nombre del Cura Brochero santo. Y tantos de ellos, como también los que se han quedado allá, que son maltratados, explotados, que les hacen creer que no valen nada, en el santo Cura Brochero se sienten reconocidos en su dignidad, en su sacrificio, en su fe.

@jesuitaGuillo 

 

 








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