2016-09-08 15:35:00

En María, la Virgen Madre, tocamos el Misterio


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Aunque se nos haya manifestado y lo podamos tocar en la carne de Cristo, Dios es esencialmente misterio. Y la acción potente de su Espíritu de Amor está signada por el misterio. De hecho, definimos milagro lo bueno y lindo que no podemos explicar. Sentimos que es Dios el que actuó, pero solo como por el ojo de la cerradura. El milagro queda encriptado como signo del misterio.

Y el signo hoy es la misma persona en la que se realiza el misterio profetizado desde antiguo: "La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: 'Dios con nosotros'." María es esta "virgen-madre" que, según el Protoevangelio de Santiago, nace en Jerusalén, en la casa de Joaquín, donde ahora se levanta la Basílica de Santa Ana, madre de María.

El nacimiento de la que respondió que sí al sueño de Dios con la humanidad, en cuerpo y alma, y también su embarazo milagroso del Hijo de Dios, se abisman en el misterio arcano de un Dios siempre más grande de lo que vos y yo podemos entender. Pero en Jesús nacido de María Virgen y Madre, sentimos y gustamos, tocamos el misterio grande de Dios omnipotente; su misterio de Amor invencible. No hay nada imposible para Dios. Renovemos nuestra esperanza contemplando a la Virgen Madre cuando nace.








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