2016-08-17 12:12:00

Papa: Jesús Eucaristía pan y paz para el mundo. Con María seamos signos de misericordia


(RV).- El Papa Francisco renovó su anhelo de que el Jubileo de la Misericordia sea un tiempo de gracia y de renovación espiritual, invocando sobre todos la alegría y la paz del Señor Jesús.

En sus palabras a los peregrinos de tantas partes del mundo, en su audiencia general, resonando aún la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el Obispo de Roma invocó la intercesión de la Madre de Dios y su ayuda para que los cristianos, afianzados en la Eucaristía, sean signos concretos de la misericordia y compasión del Señor e instrumentos de comunión y de paz:

«Que Nuestra Señora de la Asunción interceda por nosotros y nos ayude a ser instrumentos de comunión y signos de la misericordia de Dios dondequiera que vivamos.

Queridos amigos, Jesús se acerca a las multitudes y sale al encuentro de las necesidades de los hombres con la Eucaristía, haciéndonos partícipes de su compasión. Revigorizados por el pan eucarístico seamos signos visibles de la misericordia de Dios.

Hermanos y hermanas, obrar la misericordia quiere decir estar al servicio de la vida  y de la comunión. Cada uno de nosotros puede ser levadura de vida e instrumento de comunión en su propia familia, en su trabajo, en sus parroquias y grupos. Los invito a ser en el día a día signo visible de la misericordia de Dios, que no quiere dejar a nadie en la soledad y en la necesidad ¡que su bendición los acompañe siempre!»

Y con la fiesta con la que la Iglesia universal celebra a la Madre de Dios, que luego de su vida terrena fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, el Papa saludó y alentó a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados:

«La solemnidad de la Asunción, que acabamos de celebrar, nos ha invitado a vivir con empeño el camino de este mundo dirigiéndonos constantemente a los bienes eternos.

Queridos jóvenes, al construir su futuro pongan siempre en primer lugar la llamada de Cristo. Ustedes, queridos enfermos, en el sufrimiento reciban siempre el consuelo de la presencia maternal de María, signo de esperanza. A ustedes, queridos recién casados, les deseo que su amor sea espejo del amor infinito y eterno de Dios»

(CdM – RV)








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