2016-06-22 14:24:00

Atrevámonos a escuchar a Jesús, su Corazón nos llama. Pide el Papa a peregrinos del mundo


(RV).- Invocando sobre los peregrinos de tantas partes del mundo la alegría y la paz del Señor Jesús, el Papa Francisco deseó una vez más que el Jubileo de la Misericordia sea un tiempo de gracia y de renovación espiritual. Y que el encuentro con el Sucesor de Pedro impulse el camino de fe y de testimonio evangélico

«Así como Jesús tocó al leproso para curarlo, atrevámonos también nosotros a tocar a las personas pobres que queramos ayudar. Este gesto de caridad nos cura de la hipocresía y nos perdona una multitud de pecados», alentó el Obispo de Roma.

Con el Inmaculado Corazón de la Virgen María, testimonios del Corazón de Jesús

En su audiencia general, acompañado por un grupo de jóvenes refugiados africanos, que llevaban un cartel en el que se leía «Los refugiados por un futuro juntos», a los que invitó a su lado, el Papa - faltando pocos días para que concluya el mes de junio, de especial devoción al Corazón de Cristo - exhortó asimismo a ser misioneros del Corazón misericordioso del Señor, con especial atención a los más necesitados:

«El mes de junio está dedicado a la devoción al Sagradísimo Corazón de Jesús. Que el tener conciencia de la compasión de Jesús hacia nosotros reencienda una fe alegre y misionera.

Nos conceda el Señor, por intercesión de María, ser testimonios de su misericordia que purifica el corazón y  transforma la vida.

Recordemos que Dios no nos abandona nunca, aún más, sale a nuestro encuentro, nos sana, nos absuelve y perdona. Con esta conciencia, confiando en su misericordia, crucemos la Puerta Santa del Año Jubilar. Alabado sea Jesucristo».

Antes del rezo del Padre Nuestro y de su Bendición, la cordial bienvenida del Papa a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados:

«Queridos jóvenes, Jesús los llama a ser ‘corazones ardientes’: correspondan con generosidad a su invitación, cada uno según su propio talento. Queridos enfermos, ofrezcan su sufrimiento a Cristo crucificado para cooperar en la redención del mundo. Y, ustedes, queridos recién casados, tengan conciencie de la insustituible misión a la que los compromete el sacramento del matrimonio».

Entre sus palabras de saludo, el Obispo de Roma agradeció algunas iniciativas de obras de misericordia, como la de algunos médicos y voluntarios del hospital romano Gemelli, que ofrecen atención cardiológica gratuita a personas sin recursos. Y la inauguración, en el mismo hospital de una «Casita de la Misericordia», a cargo de la comunidad de San Egidio, donde pueden dormir personas sin hogar. «Obra concreta de este Jubileo extraordinario», señaló el Santo Padre.

(CdM – RV)

 








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