2016-06-15 10:19:00

Catequesis del Papa: La Misericordia es luz


(RV).- Miles de fieles y peregrinos se dieron cita el tercer miércoles de junio en la Plaza de San Pedro para participar en la tradicional audiencia semanal del Papa Francisco, durante la cual el Obispo de Roma prosiguió con su serie de catequesis sobre la Misericordia en el Nuevo Testamento.

En esta ocasión, el Santo Padre se refirió a la “Misericordia como luz”. Y lo hizo con la introducción de un pasaje del Evangelio de San Lucas, que refiere el episodio en el que Jesús devuelve la vista a un ciego mendigo, que representa a las tantas personas que, aún hoy, son marginadas a causa de una desventaja física o de otro tipo.

Tras recordar que aquel ciego separado de la gente, que pasaba a su lado indiferente y ocupada, vivía en la calle que si bien puede ser un lugar de encuentro, para él era, en cambio, un lugar de soledad;  el Papa afirmó que “es triste la imagen de un marginado, sobre todo con el telón de fondo de la ciudad de Jericó, espléndido oasis en el desierto, que en la historia del pueblo de Israel representa la puerta de ingreso en la tierra prometida tras el éxodo de Egipto.

Hablando en italiano, el Obispo de Roma destacó el contraste estridente que se produce en la descripción evangélica: mientras el ciego grita invocando a Jesús, la gente le reprocha para hacerlo callar porque no tiene compasión de él, es más, causa fastidio con sus gritos. De modo que la indiferencia y la hostilidad vuelven ciegos y sordos, impiden ver a los hermanos y no permiten reconocer en ellos al Señor.

Francisco sintetizó el episodio diciendo que el paso del Señor es un encuentro de misericordia que une a todos en torno a Él para permitir reconocer a quien tienen necesidad de ayuda y consuelo. Y dijo que impresionan las palabras con las que Jesús – como un humilde siervo  – se dirige al ciego cuando le pregunta: ¿Qué quieres que haga por ti? A la vez que recordó que el ciego responde llamando a Jesús “Señor”, es decir, con el título que la Iglesia aplica al Redentor desde el inicio.

Además de la curación, se produce un segundo milagro – explicó el Papa – puesto que también la gente finalmente ve; ya que la misma luz ilumina a todos los que están unidos en la oración de alabanza.

De este modo – dijo Francisco al concluir esta catequesis – Jesús derrama su misericordia sobre todos los que encuentra, a quienes llama, reúne, cura e ilumina, creando un nuevo pueblo que celebra las maravillas de su amor misericordioso.

(María Fernanda Bernasconi - RV).








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