8 de junio: el mundo se detiene un minuto para orar por la paz

“Un minuto para la paz”

(RV).- En el segundo aniversario del encuentro de oración por la paz convocado por el Papa Francisco en el Vaticano, junto con el Presidente israelí Shimon Peres, y el palestino Abu Mazen para invocar el don de la paz, el Foro Internacional de la Acción Católica, la UMOFC, la Acción Católica Italiana, la Acción Católica Argentina y la Comisión nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina, proponen de nuevo la iniciativa: “Un minuto para la paz”.

Acogiendo la invitación constante del Santo Padre a no cansarse nunca de orar y trabajar por la paz, las organizaciones promotoras invitan este 8 de junio a sus miembros y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a detenerse un minuto a las 13 horas, para rezar por la paz en el trabajo, por la calle, en casa.

Las primeras serán las mujeres de la UMOFC (Unión Mundial de Organizaciones de Acción Católica de la Mujer) en Nuku'alofa, capital de las Islas Tonga, donde serán las 13 horas, cuando en buena parte del continente europeo habrá despuntado el alba.

En Roma se darán cita en la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro un grupo de jóvenes que representan simbólicamente a todos los promotores y luego, a las 13 horas, en la iglesia de Santo Spirito in Sassia se rezará junto a Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y Coordinador del Jubileo de la Misericordia.

En Belén, la Acción Católica local invita a rezar en la Gruta de la Natividad. En Medellín (Colombia) jóvenes, adultos e incluso niños han preparado pancartas de colores. En Buyumbura, capital de Burundi, teatro de repetidas violencias en los últimos meses, los responsables y asistentes de los Movimientos de Acción Católica se unirán en la oración del 8 de junio e involucrarán a la población a través de la radio.

Este año se rezará por la paz pero también por las víctimas de los conflictos, en particular por los refugiados y los que piden asilo, por los prófugos que huyen de las guerras, para decirles que no están solos y reafirmar el compromiso de acogida y solidaridad.

(Renato Martinez – Radio Vaticano)