2016-05-23 11:53:00

¿Y tú, de qué forma das limosna?, comentarios de nuestros oyentes


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(RV).- «La limosna es un aspecto esencial de la misericordia. En efecto, el término limosna significa misericordia y tiene muchos modos de manifestarse. En la Sagrada Escritura, Dios nos muestra su atención especial por los pobres y nos pide que no sólo nos acordemos de ellos sino que les ayudemos con alegría. Esto significa que la caridad requiere una actitud de gozo interior. Un acto de misericordia no puede ser un peso del cual nos tenemos que liberar cuanto antes». Recordamos hoy este fragmento de la catequesis del Papa Francisco, en su Audiencia Jubilar del nueve de abril de 2016, en el que habló sobre la profunda relación que existe entre misericordia y el acto de dar limosna, un acto que no debe ser tomado como obligación de dar al pobre lo que nos sobra "por el simple hecho de cumplir", sino como la oportunidad de practicar la caridad, que brota del propio corazón misericordioso de Dios.

En el marco del Año Jubilar de la Misericordia que estamos celebrando, en Radio Vaticana reflexionamos sobre el tema de la caridad junto a nuestros seguidores de Facebook y de Twitter, quienes comparten los siguientes comentarios:

Juan Ceballos escribe desde Argentina: «Donde no hay caridad no puede haber justicia, decía San Agustín. Esta frase debería estar marcada en las conciencias de quienes tienen acceso al poder político y económico en los sistemas sociales más ricos del mundo; ya que el poder sin una base moral y ética sólida, corrompe el corazón del hombre y lo vuelve injusto y egoísta. Fruto de ese egoísmo vivimos hoy rodeados de lacras sociales como lo son la pobreza , la guerra, el tráfico y la explotación humana».

Ruiz Sánchez Julieta de San Rafael de Costa Rica comparte: «Los cristianos estamos llamados a ser solidarios, fraternos, generosos, misericordiosos con todos los demás y en especial con los que no tienen nada, ni a nadie. La Madre Teresa de Calcuta, se esmeraba con los enfermos, los que vivían en las calles, en los que estaban solos. Sin despreciar a nadie. Qué mundo tan distinto tendríamos, si nos dejáramos guiar por estos hermosos ejemplos de personas verdaderamente caritativas».

 «Según el último informe de las Naciones Unidas, uno de cada cinco habitantes del mundo vive en situación de pobreza o pobreza extrema , manteniéndose con menos de un dólar al día . Es decir, aproximadamente 1.500 millones de personas no tienen acceso a saneamiento, agua potable, electricidad, educación básca o al sistema de salud; además de soportar carencias económicas incompatibles con una vida digna. Hacia dónde estamos caminando como humanidad?», se pregunta nuestro oyente Victor Sagusta nos escribe desde Guatemala.

Ignacio Rojas de Sevilla escribe: «En el rostro de los pobres vemos realmente el rostro de Jesús. Él sentía predilección por los más marginados de este mundo y en el Evangelio recordamos sus palabras: «no se puede seguir a Dios y a las riquezas»; pidamos a nuestro Padre la gracia de aprender a mirar a los ojos de los pobres en lugar de rechazarlos como nuestra sociedad de hoy nos enseña».

Lourdes Gómez de España: «Los elevados índices de pobreza se concentran muchas veces en países pequeños, frágiles y afectados por conflictos bélicos. Falta amor y caridad en el corazón de aquellos que utilizan a las personas como un medio y no como un fin. Vienen a mi mente las palabras del Santo Don Orione: Sólo la caridad salvará al mundo».

Podemos profundizar sobre el sentido de la limosna en el Texto del Evangelio (Mt 6,1-6.16-18), centrándonos en las palabras del propio Jesús que dice: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».

Por otra parte, las palabras del Santo Padre que citamos a continuación, también nos dejan una enseñanza práctica sobre el verdadero sentido del gesto de la limosna recurriendo a los ejemplos que encontramos en la Sagrada Escritura:

«El anciano Tobías, en el Antiguo Testamento, nos da una sabia lección sobre el valor de la limosna. Nos dice: “No apartes tu rostro de ningún pobre, porque así no apartará de ti su rostro el Señor” (Tb 4,8). Lo que cuenta es la capacidad de mirar a la cara de la persona que nos pide auxilio. La limosna es un gesto sincero de amor y de atención ante quien nos encontramos, y como nos exige el mismo Jesús, tiene que hacerse para que sólo Dios lo vea. 

Concluimos nuestro programa de interactividad invitando a toda nuestra audiencia a reflexionar: ¿Y tú, de qué forma das limosna?

 

 








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