2016-05-14 11:36:00

“Piedad y no pietismo” pidió el Papa en la Audiencia Jubilar


(RV).- Cultivar en nosotros actitudes de piedad y sacudirnos esa indiferencia que nos impide reconocer las exigencias de los hermanos. Fue el llamado que partió desde la Plaza de san Pedro y para el mundo entero, la mañana del sábado 14 de mayo, durante la sexta Audiencia Jubilar del Papa del Año de la Misericordia.

«Ten piedad». (cfr. Mc 10,47-48; Mt 15,22; 17,15). El grito espontáneo que las personas enfermas, endemoniadas, pobres o afligidas dirigían a Jesús, y la respuesta misericordiosa del Maestro, estuvo en el centro de la Catequesis Jubilar del Papa Francisco, para explicar y plasmar en nuestro corazón, el significado más profundo de la palabra "pietas": 

"Queridos hermanos y hermanas: Uno de los aspectos de la misericordia consiste en apiadarse de los que sufren. La pietas es un concepto que, en el mundo greco-romano, indicaba la devoción debida a los dioses, así como el respeto de los hijos hacia sus padres. Hoy se debe estar atentos a no confundir la piedad con el pietismo, que consiste sólo en una emoción superficial, que no se preocupa del otro. Tampoco se puede confundir con la compasión hacia los animales, que exagera en el interés hacia ellos, mientras deja indiferente ante el sufrimiento del prójimo. La piedad verdadera es manifestación de la misericordia de Dios y uno de los siete dones del Espíritu Santo, que el Señor da a sus discípulos para que sean dóciles y sigan sus inspiraciones divinas". 

«Ten piedad». A aquel grito de todos, el Señor respondía con la mirada de la misericordia y el consuelo de su presencia. A todos "llamaba a tener confianza en Él y en su palabra":  

"En los Evangelios encontramos el grito espontáneo que muchas personas enfermas, endemoniadas, pobres o afligidas dirigían a Jesús, expresando su fe en Él, porque veían en su persona el amor salvador del mismo Dios. Jesús respondía a todos con la mirada de la misericordia y con el consuelo de su presencia, invitándolos a confiar en Él y en su Palabra, porque, para Cristo, apiadarse del otro es compartir su tristeza para convertirla en júbilo y alegría, sanándolo del mal".

Por eso es que en su catequesis impartida en italiano, Francisco subrayó que también nosotros "estamos llamados a cultivar actitudes de piedad", sacudiéndonos de encima la indiferencia "que nos impide reconocer las exigencias de nuestros hermanos", y, para ello, el pontífice llamó a mirar el ejemplo de la Virgen María, "ícono de la piedad":

“Que  la Virgen Santa, Madre de Piedad y Misericordia, interceda por nosotros ante el Señor Jesús, para que nos conceda apiadarnos y compadecernos amorosamente del prójimo y nos libre de la esclavitud de las cosas materiales. Muchas gracias”.

(Griselda Mutual - Radio Vaticana)








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