2016-05-14 09:19:00

A compadecernos y apiadarnos del que sufre, libres de la esclavitud de las cosas materiales, exhortó el Papa en Catequesis jubilar


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

“No confundir la piedad con el pietismo, que consiste sólo en una emoción superficial, que no se preocupa del otro”, dijo Francisco en la Catequesis por el Año de la Misericordia el 14 de mayo de 2016, en la que explicó que apiadarse de los que sufren es uno de los aspectos de la misericordia.

“La piedad verdadera es manifestación de la misericordia de Dios y uno de los siete dones del Espíritu Santo, que el Señor da a sus discípulos para que sean dóciles y sigan sus inspiraciones divinas. En los Evangelios encontramos el grito espontáneo que muchas personas enfermas, endemoniadas, pobres o afligidas dirigían a Jesús, expresando su fe en Él, porque veían en su persona el amor salvador del mismo Dios. Jesús respondía a todos con la mirada de la misericordiosa y con el consuelo de su presencia, invitándolos a confiar en Él y en su Palabra, porque, para Cristo, apiadarse del otro es compartir su tristeza para convertirla en júbilo y alegría, sanándolo del mal.”

El Obispo de Roma también aclaró que  tampoco la piedad se puede confundir con la compasión hacia los animales, que exagera en el interés hacia ellos, mientras deja indiferente ante el sufrimiento del prójimo y concluyó rogando a la Virgen Santa, Madre de Piedad y Misericordia, que “interceda por nosotros ante el Señor Jesús, para que nos conceda apiadarnos y compadecernos amorosamente del prójimo y nos libre de la esclavitud de las cosas materiales”.








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