(RV).- El Obispo de Roma comenzó su décimo tercer Viaje Apostólico internacional a esa pequeña isla griega hasta donde llegó llevando su cercanía y solidaridad con los miles de refugiados de sus países en conflicto, pero también con el pueblo de Grecia "tan generoso en su acogida", como dijo el pasado miércoles durante la audiencia general. Lesbos es el lugar elegido como símbolo para expresar la cercanía de Francisco a todos los refugiados. Un viaje humanitario, pero también de carácter ecuménico ya que ha sido organizado junto con los líderes de la Iglesia ortodoxa y por ello también acude a Lesbos el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé. Seguramente el momento más significativo de este viaje será cuando Francisco, junto con Bartolomé y el arzobispo de Atenas y toda Grecia, Jerónimo, saluden uno a uno primero a 150 niños, muchos de ellos huérfanos o no acompañados, y a otros 250 inmigrantes en el patio del centro de Mòria. Ese centro de detención acoge en estos momentos a cerca 2.500 refugiados y las condiciones en las que se encuentran han sido denunciadas por organizaciones humanitarias. Allí los representantes religiosos firmarán una declaración conjunta sobre el tema de la emergencia y el drama de la inmigración.
(RC-RV)
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