2016-04-15 13:17:00

Papa en Lesbos, Médicos sin Fronteras: la esperanza es que despierte las conciencias


(RV).- En el campo de acogida de Moria, en Lesbos, que el Papa Francisco visitará mañana sábado 16 de abril, hasta el pasado 20 de marzo estaban presentes los operadores de “Médicos sin Fronteras” que, después del acuerdo entre la Unión Europea y Ankara, decidieron cerrar sus actividades dentro del campo para no transformarse, fue su denuncia, en cómplices de un sistema considerado inicuo y deshumano. Nuestra colega del programa italiano, Francesca Sabatinelli, entrevistó a Michele Telaro, jefe del proyecto MsF en Lesbos:

R.- Seguramente la visita del Papa es absolutamente bienvenida. Espero que el Papa Francisco pueda lograr despertar las conciencias de la opinión pública y de nuestras autoridades. No me espero que la visita del Papa pueda hacer cambiar idea a la Unión Europea, porque la voluntad política que fue puesta en juego es muy fuerte y es evidente. El Papa ha pedido ‘puentes y no barreras’, pero en cambio, en este momento, la Unión Europea quiere precisamente crear barreras y rechazar a estas personas, cerrar las propias fronteras y, de alguna manera, quiere subcontratar la asistencia humanitaria y la protección internacional a otros, a Turquía.

P.- Luego del acuerdo firmado entre la Unión Europea y Ankara, Médicos sin Fronteras decidió inmediatamente cerrar sus actividades en el campo de Moria. ¿Es ésta la situación aún hoy? Es decir, ¿ustedes operan en la isla de Lesbos, pero fuera de Moria?

R.- Sí, exactamente. Mantenemos la actividad fuera del campo pero hemos interrumpido todo lo que hacíamos dentro. Estamos constantemente monitoreando la situación, sobre todo aquella sanitaria, dentro de Moria para estar seguros de que no degenere. Lo que sucedió el 20 de marzo fue que Moria, que era una estructura de acogida, de un día para el otro se transformó en una estructura de detención, sin ninguna comunicación oficial. Entonces estas personas que huyen de la guerra, que hicieron viajes difíciles para llegar hasta aquí, que han arriesgado la vida para cruzar el mar, que llegan a la playa mojados, a menudo muertos de frío, enfermos o incluso con problemas físicos y traumas, hasta el día antes encontraban una estructura de acogida, donde sus necesidades recibían una respuesta y de un día para el otro se encontraron detenidos por culpas que, evidentemente, no tienen. Y es por este motivo que no trabajamos más dentro de Moria.

P.- Pero, dentro del campo de Moria la situación humanitaria, las condiciones de vida de estas personas, cómo son?

R.- Las condiciones son absolutamente inaceptables. Moria tiene una capacidad de acogida de un millar de personas y en cambio, en este momento, dentro del campo hay alrededor de 3.000. No hay servicios higiénicos suficientes, las estructuras, los puestos para dormir son insuficientes, hay familias y niños que duermen al exterior, en el piso, porque no hay reparo para todos. Los alimentos no son suficientes, el ejército proporciona tres veces al día comida para 2.400 personas, mientras el resto, la comida que falta, es provista por una pequeña organización española. Hay una confusión total, las personas no tienen ninguna información, los servicios médicos son insuficientes, ni hablar del apoyo psicológico y de hacerse cargo de los problemas de salud mental. Todas estas funciones deberían ser claramente responsabilidad de las autoridades, pero la Unión Europea ha impuesto a Grecia, de un día para otro, que transforme este lugar en una estructura de detención, sin poder proveer todos los servicios. No hay ninguna necesidad de tener a estas personas detenidas, porque podrían lo más bien se trasladadas a otras estructuras más adecuadas, donde se les podría dar toda la asistencia que necesitan.

(MCM-RV)

 








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