2016-04-13 12:03:00

Vivan con fe el Jubileo de la Misericordia, exhortó el Papa a peregrinos del mundo y recordó a Juan Pablo II


(RV).- «Que el anuncio pascual siga haciéndonos vivir el estupor de los discípulos de Emaús», deseó el Obispo de Roma, exhortando a los numerosos peregrinos de tantas partes del mundo, que acudieron a la Plaza de San Pedro,  a vivir con fe el Jubileo de la Misericordia, para obtener la indulgencia jubilar para todos, para sus seres queridos y para los que han fallecido.

Recordando el Bautismo de Polonia en el año 966, el Papa Francisco dirigió un saludo especial a los polacos, evocando a su amado predecesor San Juan Pablo II:

«Queridos hermanos y hermanas, en estos días la Iglesia en Polonia recuerda el mil cincuenta aniversario del Bautismo de la nación. Junto con los Pastores y fieles, agradezco a Dios por este histórico evento, que a lo largo de los siglos ha formado la fe, la espiritualidad y la cultura de su patria, en la comunidad de los pueblos que Cristo ha invitado a participar en el misterio de su muerte y resurrección.

Den gracias al Señor – siguiendo las palabras de San Juan Pablo II – ‘por el don de haber sido bautizados - hace más de mil años –en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Por haber sido inmergidos el agua que, por la gracia, perfecciona en nosotros la imagen de Dios vivo, en el agua que es «manantial que brotará hasta la Vida eterna». (Jn 4,14). Ruego a Dios que la generación presente y las futuras generaciones de los polacos permanezcan fieles a la gracia del Bautismo, dando testimonio del amor a Cristo y a la Iglesia. ¡Que Dios misericordioso imparta su bendición sobre todos los polacos que viven en su país y en el exterior! ¡Alabado sea Jesucristo!»

Tras recordar la celebración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el IV Domingo de Pascua, el Santo Padre alentó a rogar a Cristo, Buen Pastor, que envíe nuevos obreros a su servicio. Y, antes de su bendición final, el tradicional saludo del Papa a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, grupos que nunca faltan en las audiencias generales:

 

«Queridos jóvenes, sólo el Señor Jesús sabe responder plenamente a los anhelos de felicidad y de bien de su vida. Queridos enfermos, no hay consolación más linda en su sufrimiento que la certeza de la Resurrección de Cristo. Y, ustedes, queridos recién casados, vivan su matrimonio en adhesión concreta a Cristo y a las enseñanzas del Evangelio».

(CdM – RV)








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