(RV).- El Papa Francisco envió un mensaje de aliento a los participantes en la Conferencia internacional, organizada en Roma (del 11 al 13 de abril) por el Movimiento Pax Christi, en colaboración con el Pontificio Consejo Justicia y Paz, que nacieron – recuerda el Santo Padre – con el anhelo de impulsar la reconciliación entre los pueblos.
Encuentro, titulado «No violencia y paz justa: contribuir a la comprensión católica y compromiso para impulsar la no violencia», que asume «un matiz y valor especial en el Año Jubilar de la Misericordia», escribe el Obispo de Roma. Refiriéndose luego a la terrible «guerra mundial en pedazos», que gran parte de la humanidad está sufriendo de modo directo o indirecto, en nuestros días.
Tras señalar algunos puntos que lleva en su corazón, el Sucesor de Pedro renueva el llamamiento que dirigió a los responsables de los Estados, en el marco del Jubileo de la Misericordia.
Por lo que el Santo Padre pide, una vez más, «la abolición de la pena de muerte, en los lugares donde sigue aún en vigor, junto con la posibilidad de una amnistía y la cancelación o gestión sostenible de la deuda internacional de los Estados más pobres».
La Iglesia no se cansa de impulsar la reconciliación, el diálogo, la fraternidad y la lucha contra la indiferencia.
Imitando al Padre, como cristianos estamos llamados a la Misericordia, que encuentra su expresión ‘política’ en la solidaridad señala el Obispo de Roma.
Animando los trabajos de la Conferencia y de todos aquellos que anhelan construir la paz, en «nuestro mundo complejo y violento», el Papa Francisco reitera la importancia de conseguir el desarme integral y de impulsar un diálogo abierto y sincero, buscando el bien común. Y recuerda asimismo que los conflictos no se pueden ignorar o disimular. Pues aceptando que existe un conflicto se puede llegar a resolverlo y «transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso. ‘¡Felices los que trabajan por la paz!’ (Mt 5,9)». (cfr Evangelii gaudium 227)
(CdM – RV)
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