(RV).- En el evangelio de este domingo se escucha el llamado de “tiren la red” (Jn 21, 6); es Jesucristo que invita a confiar en su misericordia y, a extenderla como discípulos y misioneros en la sociedad, particularmente en la familia como transmisores y educadores en la fe.
En la reciente exhortación apostólica postsinodal sobre “el amor en la familia”, el Papa Francisco pide practicar “el ejercicio de transmitir a los hijos la fe, en el sentido de facilitar su expresión y crecimiento”, permitiendo “que la familia se vuelva evangelizadora, y espontáneamente empiece a transmitirla a todos los que se acercan a ella y aun fuera del propio ámbito familiar” (Amoris Laetitia, 289).
El Santo Padre hace una referencia directa al testimonio como elemento evangelizador, afirma que “los hijos que crecen en familias misioneras a menudo se vuelven misioneros, si los padres saben vivir esta tarea de tal modo que los demás les sientan cercanos y amigables, de manera que los hijos crezcan en ese modo de relacionarse con el mundo, sin renunciar a su fe y a sus convicciones”.
Es tarea de la familia vivir la alegría del amor desde su testimonio, “cada uno es un «pescador de hombres» (Lc 5,10) que, en el nombre de Jesús, «echa las redes» (cf. Lc 5,5) en los demás, o un labrador que trabaja en esa tierra fresca que son sus seres amados, estimulando lo mejor de ellos” (Amoris Laetitia, 322).
Con el compromiso de trasmitir la fe en la familia, se hace cercano la tarea que pide Jesús: “apacienta mis corderos” (Jn 21, 15). Los bautizados asumimos también este llamado, cuando compartíamos las experiencias de fe que ayudan a crecer en familia.
P. Johan Pacheco para RADIO VATICANA.
@padrejohan
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