«Sacerdotes más humildes y sin miedo a la ternura de Dios», viviendo el Jubileo en las Redes Sociales

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(RV). - «Cuántas veces pienso que le tenemos miedo a la ternura de Dios, y porque le tenemos miedo a la ternura de Dios, no dejamos que se experimente en nosotros y por eso tantas veces somos duros, severos, castigadores, somos pastores sin ternura. ¿Qué nos dice Jesús en el capítulo 15 de Lucas, de aquel pastor que notó que tenía solamente noventa y nueve ovejas y le faltaba una, que las dejó bien cuidaditas cerradas con llave y se fue a buscar a la otra, que estaba enredada ahí entre los espinos y no le pegó, no la retó, la tomó en sus brazos, en sus hombros y la trajo y la curó, si estaba herida?», estas fueron las palabras del Papa Francisco en la homilía  del tercer Retiro Mundial de Sacerdotes, que tuvo lugar del 12 al 14 de junio de 2015 en la Basílica de San Juan de Letrán en Roma.

Un encuentro internacional que contó con más de mil participantes procedentes de 90 países de los cinco continentes. A todos ellos, el Santo Padre les recordó la necesidad de ser más humildes, tener siempre presente que su misión es ser pastores y siervos del  rebaño que se les ha asignado y no jueces inflexibles y punitivos.

Hoy recordamos estas palabras en el marco del Año de la Misericordia, en el que Santo Padre ha hecho un llamamiento especial a los confesores, para que sean pastores misericordiosos, como lo es Dios. Escuchemos qué opinan sobre ello, nuestra audiencia en Facebook y Twitter.

Miguel Petroni de Toulouse escribe: “La vocación sacerdotal es un don de Dios, que debe ser siempre vivido desde la humildad de saber que uno no ha sido elegido para servir a los demás por mérito propio, sino que ha sido llamado por Dios, es él quien en su infinita misericordia te llama, porque sólo él, es capaz de hacer buenas obras hasta con instrumentos rotos”.

Ana Gibralfaro de Cuenca, España, comenta: “En este Jubileo, estamos viviendo un tiempo extraordinario de perdón, en el que se nos invita más que nunca a acercarnos al confesionario como un lugar donde sanar nuestra alma, donde encontrar la medicina que pueda curarnos de la oscuridad del pecado que ahoga nuestros corazones. Dejemos atrás nuestros miedos y confiemos en la ayuda de nuestros hermanos sacerdotes, para acercarnos a Dios”.

Lucas Rivas de Barranquillas, Colombia, comparte: “A pesar de que los sacerdotes son personas pecadoras igual que todos nosotros, en el sacramento de la confesión es Dios quien nos está perdonando, por medio del sacerdote como instrumento de su Misericordia; por tanto dejemos a un lado las excusas que nos alejan de los confesionarios al pensar que podemos confesarnos nosotros mismos, por nuestra cuenta. No nos privemos de este hermoso regalo de la Misericordia de Dios”.

Al final de su homilía, el Papa Francisco planteó las siguientes cuestiones a los sacerdotes invitándolos a reflexionar sobre cómo llevan a cabo personalmente, su misión como pastores del rebaño: «¿Hacés lo mismo vos con tus feligreses, cuando notás que no hay uno en el rebaño o nos hemos acostumbrado a ser una Iglesia que tiene una sola oveja en el rebaño y dejamos que noventa y nueve se pierdan en el monte? ¿Tus entrañas de ternura se conmueven? ¿Sos pastor de ovejas o te has convertido en un peinador, en un peluquero de una sola oveja exquisita, porque te buscás a vos mismo y te olvidaste de la ternura que te dio tu Padre, que te los cuenta aquí, en el capítulo 11 de Oseas y te olvidaste de cómo se da ternura? El corazón de Cristo es la ternura de Dios».

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