Programa en español para Guinea Ecuatorial y África

(RV).- Mientras el Papa Francisco está realizando el XII Viaje Apostólico internacional de su Pontificado, a México, y misionando la Misericordia y la Paz, nos detenemos en los Misioneros de  la Misericordia, a los que en la Bula de convocación del Jubileo extraordinario Misericordiae Vultus, el Obispo de Roma define como «un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios».

En esta celebración – dijo el Papa en la Santa Misa del Miércoles de Ceniza, dando comienzo a la Cuaresma 2016 - «están presentes los Misioneros de la Misericordia para recibir el mandato de ser signos e instrumentos del perdón de Dios. Queridos  hermanos, puedan ayudar a abrir las puertas del corazón y superar la vergüenza y no huir de la luz. Que sus manos bendigan y levanten a los hermanos y a las hermanas con paternidad. Que a través de ustedes la mirada y las manos del Padre se posen sobre sus hijos y les curen las heridas». 

Palabras del Papa Francisco en el envío de los Misioneros de la Misericordia:

«Dirijamos nuestra alabanza y nuestra súplica a Dios Padre, dador de todo bien, por estos hermanos enviados a llevar a diversas regiones el alegre anuncio de la misericordia en el nombre del Señor nuestro Jesucristo.

Te bendecimos y alabamos, oh Dios, porque en el misterioso designio de tu misericordia has enviado al mundo a tu Hijo para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado mediante la efusión de su sangre y colmarlos de los dones del Espíritu Santo

Mira, Señor, a estos tus siervos que enviamos como mensajeros de misericordia, de salvación y de paz. Guía sus pasos con tu diestra y sostenlos con el poder de tu gracia, para que no desfallezcan bajo el peso de las fatigas apostólicas

Resuene en sus palabras la voz de Cristo y en sus gestos el corazón de Cristo y cuantos los escuchen   sean atraídos a la obediencia del Evangelio. Infunde en sus corazones tu Santo Espíritu, para que hechos todo en todos, conduzcan hacia ti, oh Padre, una multitud de hijos, que en la Santa Iglesia te alaben sin fin. Por Cristo Nuestro Señor».

A los Misioneros de la Misericordia, que recibió en la víspera de su mandato, el Papa Francisco los exhortó a cubrir a los pecadores con la manta de la misericordia, a no usar la clava del juicio, sino el testimonio de la maternidad de la Iglesia.

Nos acompaña la Voz del algunos Misioneros de la Misericordia, llegados a Roma de tantas partes del mundo