2016-01-10 13:08:00

Recordemos el día de nuestro bautismo y agradezcamos, es una fecha para festejar, ese día nacimos a la vida de Dios, dijo el Papa


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz

Saber qué día fui bautizado para celebrarlo, es una tarea para la casa que Francisco repitió a los fieles y peregrinos que rezaron con él la oración del ángelus y recibieron su bendición en la plaza de san Pedro del Vaticano, en la fiesta del Bautismo de Jesús el 10 de enero de 2016.

Antes de rogar por los 26 niños que bautizó en la misa de la mañana, el Papa recordó que al bautismo de Jesús es en el fuego del Espíritu Santo. El Espíritu Santo quema y destruye el pecado original, liberándonos de las tinieblas y trasladándonos al reino de la luz. Dijo que esta realidad de ser hijos de Dios comporta la responsabilidad de seguir a Jesús y de reproducir en nosotros mismos su mansedumbre, humildad, ternura. Esta tarea no es fácil, especialmente si entorno a nosotros hay tanta intolerancia, soberbia, dureza.  Pero con la fuerza del Espíritu Santo, es posible.

Francisco invito a dar testimonio del don del bautismo todos los días, porque es vida nueva para compartir y luz para comunicar, especialmente a quienes viven en condiciones no dignas del hombre y caminando en senderos tenebrosos.

Seguramente Francisco recordó hoy su propio bautismo, pero también aquel día de mayo de 2014, cuando en su peregrinación apostólica a Tierra Santa rezó en el río Jordán, en el lugar donde Juan bautizó a Jesús. Bajó hasta el río, se inclinó, sumergió su mano derecha en el agua, después se persignó con la mano empapada -como hacemos cuando entramos en una iglesia y nos persignamos con el agua bendita, recordando el propio bautismo-, y se detuvo rezando allí un largo rato. A los que compartimos ese viaje nos impresionó mucho este momento de oración intenso.








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