2015-12-22 17:44:00

“Jesús, la Misericordia hecha carne”


(RV).- “Jesús, la Misericordia hecha carne, que hace visible a nuestros ojos el gran misterio del Amor trinitario de Dios”, lo contemplamos en la Navidad como un gran signo palpable que mueve nuestro corazón hacia Él. Este es también el significado del Jubileo de la Misericordia, vivir la caricia del Dios con nosotros.

Apenas en el comienzo del Jubileo de la Misericordia vivimos este gran acontecimiento, el nacimiento del Salvador para llamarnos a ponerle en el centro de nuestra vida. Y como un don de Dios, la Iglesia experimenta este momento extraordinario para vivir la misericordia, “el toque dulce y suave del perdón de Dios”.

Expresaba el Papa Francisco en una catequesis (09-XII-2015): “La Iglesia necesita este momento extraordinario. En nuestra época de profundos cambios, la Iglesia está llamada a ofrecer su contribución peculiar, haciendo visibles los signos de la presencia y de la cercanía de Dios. Y el Jubileo es un tiempo favorable para todos nosotros, para que contemplando la Divina Misericordia, que supera todo límite humano y resplandece sobre la oscuridad del pecado, lleguemos a ser testigos más convencidos y eficaces”.

En este contexto el Jubileo se vive dirigiendo la mirada al rosto de la misericordia del Niño nacido en Belén, e imitándolo a Él en el trato a los hermanos más necesitados. Explica el Santo Padre en esa catequesis que esto “significa orientar la atención hacia el contenido esencial del Evangelio: Jesús, la Misericordia hecha carne, que hace visible a nuestros ojos el gran misterio del Amor trinitario de Dios”.

Como la Sagrada Familia también somos llamados a mostrar la luz de la misericordia a toda la humanidad, para ello debemos experimentar la alegría de la Navidad trasformada en obras de misericordia en la familia o comunidad, siendo testigos y misioneros de amor de Dios.       

Padre Johan Pacheco para RADIO VATICANO.  








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