(RV).- Este sábado, 28 de noviembre, concluyó la segunda etapa de la Visita del Papa Francisco a África, encontrando y saludando a los Sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en la Catedral de Kampala, en Uganda. En su discurso el Santo Padre recordó a los religiosos que “la sangre de los católicos ugandeses está mezclada con la sangre de los mártires”.
Y este 29 de noviembre, I domingo de Adviento, el Santo Padre partirá para Bangui, la capital de la República Centroafricana, su llegada está prevista a las 10.00 de la mañana, hora local. De este modo el Papa iniciará la tercera y última etapa de su viaje, en un Continente marcado por la pobreza y la violencia, en un país lacerado por las guerras internas que hasta ahora ha generado miles de prófugos que huyen de sus tierras en busca de seguridad y de paz. Serán precisamente ellos, los prófugos quienes darán la bienvenida al Papa Francisco en el Aeropuerto Internacional de M’Poko de Bangui y no porque el programa lo establezca así, sino porque ahí viven y ahí es donde se sienten seguros, alrededor de la pista de aterrizaje, dentro de cabañas hechas de plástico y madera.
La visita del Obispo de Roma, representa para ellos una palabra “esperanza”, esperanza de cambio, un cambio que lleve a conseguir la paz, un anhelo que se extiende a lo largo de la línea ecuatorial, atravesando diversos países de este a oeste, de norte a sur; incluso en el Viejo Continente, donde los recientes hechos nos demuestran que la paz es vulnerable. Es en este contexto que el Sucesor de Pedro, llegará a la capital centroafricana como “mensajero de la paz y la reconciliación” para hermanar a todos los hombres, sin hacer distinción de raza, credo o cultura.
“Toboa François na popo ti e”, que en lengua sango quiere decir: ¡Bienvenido Papa Francisco en medio de nosotros!
Desde Bangui, Renato Martinez – Radio Vaticano
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