El gesto de cercanía y amor de Francisco con África, ya está en el corazón de la herida

(Radio Vaticana).- El deseo de visitar República Centro Africana está desde el inicio en el centro del viaje apostólico del Papa al África. Y su llegada finalmente a Bangui, que él mismo confesó tener muy dentro del corazón, es ya una hermosa realidad.

Le informaron con anticipación del recrudecimiento de la violencia en una zona de guerra, en la que se combate por el poder, es decir, por el control del uranio, el oro, el petróleo. También autoridades de distintos países le solicitaron desistir del viaje en un momento de atentados terroristas y fuertes amenazas. Pero sería como pedirle a uno que ha leído el Evangelio y visto a Jesús entre los pobres y enfermos, que no vaya al hospital porque se puede contagiar.

Con prudencia y decisión Francisco pidió que se hiciera todo lo posible para que el viaje tan deseado se pudiera realizar. Es que, como en el Evangelio de Jesús, el viaje de Francisco al África no se trata de una gira turística, de un safari, se trata de llegar con el amor de Dios y la alegría del Evangelio de Jesús de Nazaret a las periferias más heridas por la pobreza, la violencia, el miedo, que es precisamente aquello de lo que se alimenta el terrorismo.

Por eso, con extraordinario coraje apostólico, completamente desarmado, munido exclusivamente del Evangelio que trasparenta físicamente con su persona, su mirada, su escucha, sus gestos de cercanía, ternura, amor, misericordia; inspirando una sólida serenidad y paz, el Pontífice está haciendo de puente y derrumbando muros entre personas, barrios, países, en el hueco mismo del miedo y entre las ruinas de la violencia y la pobreza.

Dios Bendiga y proteja al Pueblo Africano y a Francisco. jesuita Guillermo Ortiz RADIO VATICANA