2015-11-21 14:15:00

Programa en español para Guinea Ecuatorial y África


(RV).- Un sábado más con ustedes, para compartir algunos momentos destacados de la semana del Obispo de Roma, hoy, Jornada Pro Orantibus, por ser 21 de noviembre, fiesta de la Presentación de la Virgen María:

La Virgen María, Madre de misericordia, suscite en todos pensamientos de sabiduría y propósitos de paz, proteja a la querida nación francesa y vele por ella, por Europa y por el mundo entero, pidió el Papa Francisco, el pasado domingo, en la cita para el rezo dominical del Ángelus.

Es una blasfemia servirse del nombre de Dios para justificar semejantes barbaries, como el terrorismo, perpetrado en Francia, señaló el Santo Padre, con su profundo dolor, y reafirmando con firmeza que «el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humanidad». Y confiando a la misericordia de Dios a las víctimas inermes.

En esta misma fiesta, el 21 de noviembre de 2014, el Papa Francisco firmaba su Carta Apostólica a Todos los Consagrados, con ocasión del Año de la Vida Consagrada - convocado por él mismo -  con el lema «La Vida Consagrada en la Iglesia hoy: Evangelio, Profecía y Esperanza».

El Documento pontificio señaló tres objetivos para el Año de la Vida Consagrada, como escribió el Papa Bergoglio: «mirar al pasado con gratitud»; «vivir el presente con pasión»; «abrazar el futuro con esperanza».

Y en su audiencia general de esta semana, el Obispo de Roma, destacó la Jornada Pro Orantibus. Recordando a cuantos en el mundo consagran su vida a la oración e invitando a darles nuestro apoyo espiritual  y material en su importante misión.

En la misma cita semanal con los peregrinos del mundo, el Santo Padre recordó la Jornada mundial de los derechos de los menores y la responsabilidad de la Comunidad Internacional, con un apremiante llamamiento para proteger a los niños de quienes que les roban su infancia, los obligan a ser soldados, los explotan y los maltratan.

En su catequesis, el Papa hizo hincapié en que nos acercamos al comienzo del Jubileo del Año de la Misericordia y subrayó que la Puerta Santa es Jesús -  la puerta de la misericordia de Dios - que acoge nuestro arrepentimiento y nos da la gracia del perdón. Una puerta que está abierta generosamente, pero cuyo umbral debe atravesarse con valentía.

Tras señalar que «la Iglesia  es la portera de la casa del Señor, no es la dueña de la casa del Señor», recordó que la Sagrada Familia de Jesús María y José conoció lo que significa una puerta abierta o cerrada. Como sucede aún hoy ante un niño por nacer; para los que no tienen vivienda, los que se ven obligados a huir de violencias. El Papa exhortó a abrir la puerta del corazón y, en particular, pidió a las familias cristianas que hagan del umbral de su hogar  un pequeño signo de la gran puerta de la misericordia y de la acogida de Dios.

Nos acompaña la Voz de los Peregrinos en la Plaza de San Pedro

(CdM - RV)








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