Deber de todos proteger los derechos de los niños, su clamor nos desafía. Constante preocupación del Papa

(RV).- Delante de Dios que se hizo niño, nos avergonzamos del llanto de tantos niños en el mundo, víctimas inocentes e indefensas de condiciones inhumanas, explotados, maltratados, sometidos a violencias y a la trata, prófugos. Lloran porque tienen hambre y frío. Y su clamor nos desafía. Evocando estas palabras que el Papa Francisco pronunció - el 25 de mayo de 2014 -  en Belén, donde nació Jesús, el Niño Dios, recordamos la constante preocupación del Obispo de Roma por los derechos de los niños y niñas de todo el mundo.

Como hizo en su audiencia general, dos días antes de la Jornada mundial de los derechos de la infancia, haciendo hincapié en que es un «deber de todos proteger a los niños».

Proteger a los niños de quienes que les roban su infancia, los obligan a ser soldados, los explotan y los maltratan. Y garantizar a los menores su legítimo derecho a la escolarización. Fue el apremiante llamamiento del Papa Francisco, reiterando su exhortación a la Comunidad internacional:

«Pasado mañana se celebra la Jornada mundial de los derechos de la infancia. Es un deber de todos proteger a los niños y anteponer su bien a cualquier otro criterio, para que nunca sean sometidos a formas de servidumbre y maltratos, y también a formas de explotación. Anhelo que la Comunidad internacional pueda vigilar atentamente sobre las condiciones de vida de los menores, especialmente allí donde están expuestos a reclutamiento por parte de grupos armados; y que pueda ayudar a las familias a garantizar a cada niño y niña el derecho a la escuela y a la educación».

(CdM – RV)