REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita guillermo Ortiz
Ante la barbarie de los asesinatos perpetrados, Francisco se preguntó el 15 de noviembre de 2015, después de la oración del ángelus dominical: “cómo el corazón del hombre pueda idear y realizar actos tan horribles”. Y afirmó que los problemas de la humanidad no se resuelven siguiendo el camino de la violencia y del odio, que “usar el nombre de Dios para justificar este camino es una blasfemia”.
Dijo textualmente el Papa: “Queridos hermanos y hermanas, deseo expresar mi dolor por los ataques terroristas que en la noche del viernes han ensangrentado a Francia, causando numerosas víctimas. Expreso mis más fraternas condolencias al Presidente de la República Francesa y a todos los ciudadanos. De manera particular a los familiares de todos aquellos que han perdido la vida y a los heridos.
Tanta barbarie nos deja consternados y nos hace preguntarnos cómo el corazón del hombre pueda idear y realizar actos tan horribles, que han asolado no solamente a Francia sino también al mundo entero. Ante tales hechos, no se puede no condenar la incualificable afrenta a la dignidad de la persona humana. Deseo volver a afirmar con vigor que ¡el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humanidad! Y que utilizar el nombre de Dios para justificar este camino ¡es una blasfemia!
Los invito a unirse a mi oración: confiemos a la misericordia de Dios las víctimas inermes de esta tragedia. Que la Virgen Maria, Madre de la misericordia, suscite en los corazones de todos pensamientos de sabiduría y propósitos de paz. Pidámosle a ella que proteja y vele sobre la querida Nación francesa – la primera hija de la Iglesia-, sobre Europa y sobre el mundo entero. Todos juntos recemos…”.
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