Programa en español para Guinea Ecuatorial y África

(RV).- Esta semana dedicamos nuestro espacio a la audiencia general del Santo Padre y a la segunda etapa, la de Estados Unidos, del X Viaje Apostólico internacional que realizó el Papa Francisco, del 19 al 28 de septiembre.

Viaje que empezó en Cuba, con el lema: Misionero de la Misericordia – etapa a la que dedicamos nuestro programa el sábado pasado - y que culminó en Filadelfia, con el VIII Encuentro Mundial de las Familias, con el lema «El Amor es nuestra Misión: la familia plenamente viva».

Viaje Apostólico al que el Santo Padre dedicó su audiencia general, del pasado miércoles, encomendando sus frutos a Dios, con el anhelo de que el ejemplo de san Junípero Serra, nos haga a todos auténticos evangelizadores, que vayan por el mundo compartiendo con todos el amor de Cristo.

En su alocución central en italiano, el Papa recordó a la Virgen de la Caridad del Cobre, «símbolo de la unidad profunda del alma cubana», en el centenario de su proclamación como Patrona de Cuba. Y su peregrinación al Santuario de esta Madre de esperanza, Madre que guía en el camino de justicia, paz, libertad y reconciliación.

Tras señalar que pudo «compartir con el pueblo cubano la esperanza del cumplimiento de la profecía de San Juan Pablo II: que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba», el Papa Francisco habló de la etapa estadounidense de su viaje. Y subrayó que «Dios siempre quiere construir puentes».

Washington, Nueva York y Filadelfia. Evocando sintéticamente sus intensos encuentros en estas ciudades, con las autoridades políticas, la gente común, los obispos, sacerdotes y consagrados, con los más pobres y marginados, el Obispo de Roma recordó asimismo a San Junípero Serra: él muestra el camino  de la alegría: ir a compartir con los demás el amor de Cristo.

Recordó también su visita a la sede central de la ONU. Cómo siguiendo las huellas de sus predecesores, renovó la exhortación de la Iglesia católica a la promoción del desarrollo y de la paz, llamando al compromiso en favor del cuidado de la creación, así como a detener y prevenir la violencia contra las minorías étnicas y religiosas y las poblaciones civiles.

Sin olvidar la oración por la paz y la fraternidad en el Memorial de la Zona Cero y la Eucaristía por la paz y la justicia en el Madison Square Graden, destacó los encuentros con algunas realidades caritativas y educativas católicas.

Para luego volver a hacer hincapié en que «el culmen del viaje fue el Encuentro de las Familias en Filadelfia, donde el horizonte se amplió a todo el mundo». El Papa recordó la urgencia de acompañar y tutelar a la familia, por el bien de la humanidad, cuyo futuro se fragua en la familia. Pues la alianza entre el hombre y la mujer es la respuesta al gran desafío de nuestro mundo.

«La familia es una fábrica de esperanza, de vida y de resurrección querida por Dios, que es amor y que quiso que su Hijo naciera en una familia». «¡Vale la pena luchar por la familia!» Fue el mensaje de aliento del Papa, recordando que las dificultades se superan con el amor, en la Vigilia de oración, en Filadelfia, que precedió la Santa Misa con la que clausuró el VIII Encuentro Mundial con las Familias.

«Les pido que recen por el Sínodo sobre la Familia y que sean testimonios de la presencia constante de Dios en el mundo, a través de su vida familiar». Con estas palabras, en su audiencia general,  el Obispo de Roma pidió oraciones por el Sínodo de los Obispos, cuya Misa de apertura, presidirá mañana, domingo 4 de octubre, a las diez de la mañana en la Basílica de San Pedro.

Recordamos que se trata de la XIV Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos y que el tema es «Vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo». Esta asamblea terminará el 25 de octubre y se celebra después del III Sínodo extraordinario, del 5 al 19 de octubre de 2014, dedicado a «Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la Evangelización».

La Voz de los peregrinos en el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia

(CdM – RV)